Como una forma de recordar y resguardar la historia del pueblo de Almirante Latorre, ubicado a 60 kilómetros al noreste de La Serena, el Centro de Hijos y Amigos de la localidad inauguró un simbólico mural. La obra titulada “Reencuentro con la Memoria” fue elaborada por un grupo de cinco artistas liderado por Luis Contreras Trujillo más conocido como Lucot.Los profesionales valoraron el esfuerzo de los vecinos por querer plasmar sus vivencias. “Son cosas que pasaron y no van a volver. Si uno mira la historia tiene que ver con que quedarán en el recuerdo. Ahora de qué manera nosotros la logramos recrear y hacerlas volver a nuestro presente, tiene que ver un poco con esto, (mural), con la creación, museos y los relatos”, destaca Lucot. Eduardo Berrios profesor de artes plásticas explica que el nombre de la iniciativa tiene que ver con el reencuentro de la historia con la actualidad, “convocar a las nuevas generaciones” para que se conecten con lo de antaño.
Durante la entrega oficial hubo poesía, baile y música protagonizada por menores y pobladores que nacieron y se educaron en el lugar. La iniciativa fue financiada por el Consejo de la Cultura y Las Artes. María Clementina Morgado, encargada de proyectos destacó el resultado final. “Es un rescate de la identidad de los pueblos de nuestra zona que a lo largo del tiempo han ido sufriendo diversos cambios, por ejemplo la importancia que era para ellos el ferrocarril”.
Además del objetivo cultural, el profesor de la escuela Roberto Rodríguez aseguró que se transformará en un verdadero libro abierto.“Es volver al pasado y como se ha formado la historia de los pueblos y principalmente nuestra escuela. En ese sentido estábamos un poco en deuda”
Para el Centro de Hijos y Amigos de Almirante Latorre, impulsor de la propuesta, se cumplió un sueño. “Estamos muy contentos y agradecido s de toda la gente que participó. Llegó mucho turista y ese es el objetivo, que la gente nos visite y se potencie el turismo rural. Igualmente un agradecimiento a los artistas que hicieron este trabajo”. Junto con las dimensiones y el colorido del trabajo, uno de los elementos que más despertó el interés de los habitantes es que se logró retratar el rostro de antiguos lugareños que dieron vida a un pueblo que se niega a morir.