• El sector exportador de alimentos es el segundo en importancia del país después de la minería, en 2016 exportó US$ 16.000 millones y se proyecta que esta cifra pueda duplicarse en 2025.
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Lautaro Carmona
Entre las propuestas para alcanzar la meta se encuentra mantener la certeza de la propiedad de los derechos de aguas y contar con una política de ordenamiento territorial y de uso de borde costero, entre otros.

El sector exportador de alimentos es el segundo en importancia del país después de la minería, en 2016 exportó US$ 16.000 millones y se proyecta que esta cifra pueda duplicarse en 2025.

Con esa meta en mente, el Consejo Exportador de Alimentos de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) lanzó un primer estudio que caracteriza al sector exportador de alimentos y además entregó 14 propuestas que son condición necesaria para doblar los envíos en el plazo mencionado y así alcanzar los US$ 32 mil millones.

Parte de las propuestas para estos efectos es desarrollar un plan de largo plazo que permita mantener el crecimiento anual de 8% promedio que han tenido los envíos de alimentos en los últimos años.

LAS PROPUESTAS DEL GREMIO

En este sentido, parte de las propuestas incluyen la existencia de una sola institución que tenga la responsabilidad de gestionar los recursos y tomar las decisiones sobre imagen-país y promoción comercial de carácter público, pero con participación privada.

También se propone priorizar los recursos de Corfo para innovación de la industria alimentaria en su totalidad; la creación de un fondo para la implementación de nuevas tecnologías relacionadas a la sustentabilidad de la industria de alimentos y contar con una política de ordenamiento territorial y de uso del borde costero.

Quizá uno de los puntos que van en línea con las exigencias de los agricultores de la región de Coquimbo, en el marco de la actualización de la Reforma al Código de Aguas, es la importancia de mantener la certeza de la propiedad de los derechos de aguas.

Cabe destacar que el gremio agricultor ha dispuesto desde hace más de un año sus reparos con la ley que actualmente se discute en el Congreso, debido a que justamente y según ellos, no quedan claros los estatutos en torno a la propiedad del recurso hídrico y su posterior utilización. Este sería un punto esencial para mantener una producción agrícola que vaya en línea con los objetivos de la industria.

Sumado a todo lo anterior, el documento hace una caracterización del sector exportador de alimentos en cuanto a su impacto económico, proyecciones futuras y evolución. Toda la información recabada en este estudio entrega diversas herramientas para que Chile se convierta en una potencia alimentaria en los próximos años.

CHILE COMO POTENCIA AGROALIMENTARIA Y EL PESO DE COQUIMBO

Para Pablo Álvarez, director de PROMMRA (Laboratorio de Prospección, Monitoreo y Modelación de Recursos Agrícolas y Ambientales de la Universidad de La Serena), diversas han sido las estrategias emplazadas por el Gobierno para instaurar una fuerte política pública que convierta a Chile en una potencia agroalimentaria.

Sin embargo, el experto asegura que para que el país se declare con esta intención, se debe generar un mayor bienestar para los habitantes que se desarrollan en el sector agrícola, particularmente, en la zona rural del país. “Dicho bienestar debe considerar el acceso con equidad a servicios y acciones que generan una calidad de vida adecuada, en que la salud, el transporte, la educación, las comunicaciones y los servicios estén presentes para los habitantes del país, incluyendo sin duda el área rural”, dice.

Por otro lado, detalla que la actividad agrícola puede contribuir a la generación de una potencia agroalimentaria solo en la medida que se dé un valor agregado a los productos, sin que necesariamente se deba aumentar la superficie cultivable bajo riego. Por lo tanto, las políticas públicas destinadas a posicionar a Chile como potencia agroalimentaria deberían estar enfocadas en base a estos lineamientos.

“Por esta razón, el aporte que las regiones áridas o semiáridas de nuestro país, como la Región de Coquimbo, puede entregar al desarrollo agrícola y a la visión de una potencia agroalimentaria tiene que ver  necesariamente con la calidad, la diversidad y el valor agregado de los productos,  y no con el incremento de la superficie cultivable bajo riego”, complementa Álvarez.

El especialista concluye explicando que es evidente que Chile posee las condiciones necesarias para posicionarse como una potencia agroalimentaria, pero también es claro que existe una fuerte competencia con otros países. “En este sentido, el Estado se debe incorporar activamente en promover el posicionamiento de los productos chilenos en los diferentes mercados y así generar un mejoramiento en la calidad de vida de todos los actores participantes de la cadena productiva a nivel nacional”, culmina.

LAS 14 PROPUESTAS DE SOFOFA

1.            Debe existir una sola institución que tenga la responsabilidad de gestionar los recursos y tomar las decisiones sobre imagen-país y promoción comercial de carácter público, pero con participación privada.

2.            Priorizar los recursos de la CORFO para innovación de la industria alimentaria en su totalidad.

3.            Creación de un fondo para la implementación de nuevas tecnologías relacionadas a la sustentabilidad de la industria de alimentos.

4.            Mantener la certeza de la propiedad de los derechos de aguas.

5.            Aumentar los recursos para inversiones en almacenamiento y distribución de recursos hídricos.

6.            Contar con una política de exportaciones de alimentos de largo plazo que priorice la asignación de recursos y las acciones de promoción.

7.            Garantizar el funcionamiento de las entidades públicas presentes en la cadena logística nacional, asegurando la operatividad de ésta.

8.            Contar con una política de ordenamiento territorial y de uso del borde costero.

9.            Otorgar rango de servicio a la Agencia Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria (ACHIPIA).

10.          Tener participación anticipada en la elaboración de las regulaciones.

11.          Modernización de los organismos supervisores y certificadores.

12.          Contar con información oportuna y completa de las operaciones de comercio exterior y de la industria. Acordar el tipo de información estadística de la industria de alimentos.

13.          Concordar un plan nacional de desarrollo de la infraestructura, que favorezca el crecimiento del comercio exterior.

14.          Contar con un Consejo Nacional de Facilitación de Comercio, acorde a los compromisos adquiridos con la OMC.

 

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