Mientras los sectores políticos siguen peleándose la autoría de la idea del tren sub urbano o un tranvía, para facilitar el transporte de los habitantes de Coquimbo y La Serena, el proyecto sigue su marcha. El tranvía “rieles planos” ( tramway) se diseñó para que transite por las calles de una ciudad y el tren sub urbano es para que transite entre dos ciudades en un recorrido fuera de las calles. Asi lo he leído. En alemán, al tranvía se le denomina “Strassenbahn” un  ferrocarril callejero. En nuestra época de estudiantes superiores, con mi señora vivimos un año y medio en la Alemania Federal y usamos muchas veces ese moderno medio de transporte, que va por el centro de las calles y comparte la via con automóviles, buses y ciclistas, amén de camiones y en las esquinas con los cruces peatonales. ¿Dónde esta el éxito de esa convivencia? En la educación del tránsito y el fiel cumplimiento de las reglas por parte de los usuarios. Si no se respetan los discos Pare, ceda el paso y en ocasiones las luces rojas y  los peatones cruzan por donde se les antoje, va a ser muy difícil que esa convivencia funcione en nuestras dos ciudades. Ud., yo y otros, cuando oigamos la bocina leve del tranvía llegando al paradero, donde tenemos que frenar y esperar a que dejen y suban pasajeros “a mitad de la via”, tranquilamente lo hacemos. Miel sobre hojuelas y estaremos cooperando a la buena convivencia urbana, ¿Será posible? En cambio, si seguimos desatados conduciendo en medio de los tacos y mirando para el lado con los normas del tránsito, será preferible, caminar hasta la vía férrea, tomar el sub urbano que pase cada media hora y viajar mirando el mar hacia Coquimbo. Como ven, mis leales lectores, cuando comencemos a educar a nuestros hijos y nietos en el colegio sobre el respeto al tránsito, como se hizo hace muchos años en Chile, entonces podremos participar en esta discusión. 

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