El rompimiento del denominado "pacto de silencio" del ex conscripto Fernando Guzmán, respecto al caso Rodrigo Rojas, el fotógrafo fallecido tras ser quemado por una patrulla del Ejército el 2 de julio de 1986, ha sido la antesala para conmemorar un nuevo y doloroso 11 de septiembre. También esta antesala ha sido acompañada de hechos importantes como el reconocimiento institucional de TVN sobre la manipulación informativa que realizó apoyando montajes periodísticos para manipular la información que se entregaba la dictadura de Augusto Pinochet.
La muerte del ex director de la Dina, Manuel Contreras (Mamo), ha removido historias terribles de muerte y tortura, dejando en la opinión publica la sensación de que entre más información aparece, más se necesita alcanzar un estado de completa verdad, que involucra saber de la muerte, tortura y robo que fue víctima nuestro país.
Si también robo, ya que la apropiación de empresas públicas de entonces, vienen a dar cuenta de un proceso de privatización de 725 empresas y activos pertenecientes a la CORFO a precio huevo, la entrega a privados de 3.912 predios que contaban con 3.182.225 Hás. (mayoría de predios que fueron parte de la reforma agraria, devuelto a sus dueños originales), y la donación de 15.888 inmuebles, de los cuales 10.869 fueron a manos de privados. (fuente: CONADECUS)
Hoy en democracia y cerrado el proceso de transición, es clave avanzar en verdad, en la misma verdad que han buscado personas como Carmen Frei, por la muerte del Presidente Eduardo Frei Montalva, quien sería el primer magnicidio en la historia chilena, muerte en la cual ya ha sido comprobada la participación de los agentes especialista en armas biológicas destinadas para el asesinato de opositores políticos de la dictadura militar como lo fue Eugenio Berrios.
Aún instituciones como la Clínica Santa María y el Departamento de Anatomía Patológica del Hospital Clínico de la Universidad Católica no entregan toda la información sobre lo ocurrido en la muerte y posterior autopsia del Presidente Frei, ya que estos últimos en menos de una hora de su muerte, llegaron con la excusa de realizar una autopsia que no fue solicitada, ni autorizada por la familia del presidente, la cual tenía como único objeto remover los órganos y huellas que permitirán comprobar la existencia de un agente químico externo como responsable de este magnicidio.
Falta mucho por saber, falta a muertos que encontrar, en este 11 de septiembre hay que romper los pactos de silencio, solo así avanzar hacia una necesaria verdad.