Agua para el siguiente decenio
A tres años del 2020, seria bueno que la opinion publica conociera los proyectos que existen a nivel gubernamental y regional, para el mejor aprovechamiento de las aguas lluvias y de las provenientes del derretimiento de los glaciares de la alta cordillera, como consecuencia del calentamiento global y cambio climatico, que nos obliga a tomar medidas ahora, y a desarrollar proyectos que nos permitan paliar en alguna medida sus efectos y nos den la seguridad de que dispondremos del vital elemento para cubrir las necesidades de la población regional el próximo decenio, que a esa fecha debería estar llegando al millón de personas, lo mismo el desarrollo urbano y las actividades productivas que debieran tener un crecimiento acorde a la nueva realidad. Todo esto sin considerar el impacto demográfico y de todo orden que podría significar la construcción del túnel de Agua Negra, que aumentaría aun más la demanda de agua.
Es posible que ya esten en carpeta los estudios para la construccion de nuevos tranques y de otras obras tendientes para guardar el agua que actualmente se desperdicia en el mar, por falta de una mayor capacidad de embalsado. Lo concreto es que no podemos esperar a que las reservas de agua que hoy existen se agoten para, tomar las medidas tendientes a solucionarlo. Un ejemplo, es la gran cantidad de agua que desde el mes de Diciembre pasado nuestro Rio Elqui vierte en el mar día y noche; podría suceder que en un tiempo no muy lejano estemos recordando y lamentando esta situación.
Seguramente por los plazos, no sea necesario proyectar grandes obras de infraestructura, sino mas bien, una “serie de pequeñas y medianas obras conectadas entre sí”, que permitiría almacenar las aguas que cada cierto tiempo se desperdician producto de repentinas lluvias y que podrían ser retenidas en las innumerables quebradas y valles de la Región, o donde técnicamente sea posible, para ser usadas de acuerdo a un criterio preestablecido, solucionando de paso el problema que hoy tienen muchas comunidades rurales a las que hay que llevarles agua en camiones. Es de imaginarse la gran cantidad de actividades que podrían desarrollarse en torno a ellas y del positivo impacto que tendría en la ocupación, la revitalización de ecosistemas y la detención misma de la desertificación.
Si con la población actual de la Región, cercana a los 700.000 habitantes, ya tenemos problemas de abastecimiento y se calcula que nuestras reservas actuales eventualmente podrían durar tres años, entonces hay que ponerse a trabajar de inmediato en el Proyecto Aguas para el 2020.
