Cuando todos, incluso quienes nunca han visto el festival, claro según ellos, tienen como temas centrales si el cómico(a) fue vulgar en su pasada por la Quinta Vergara, el de famosos de otrora que despiertan “de un rato para otro”, para criticar ácidamente los chistes de la cintura para abajo, el que sicólogos, sociólogos, filósofos analicen las letras de Maluma, nutricionistas por meriendas que se venden en la Quinta y otros que se me escapan, la pelea en la galería entre borrachos y un vendedor de café, la gala con el mejor/peor producido, la elección de la reina, la calidad del show, partiendo con conocidas figuras de talla mundial, siguiendo con otros por conocer y lo más lamentable no faltan los desconocidos de siempre…( los típicos canjes artísticos, Malos y casi Gratis para los organizadores, más conocidos como RELLENOS), pero nadie, ni siquiera los programas armados a la sombra del mismísimo festival hablan de las competencias de canciones, que se supone es por donde comenzó la historia del Festival de Viña del Mar, definitivamente una vez más la competencia fue “la convidada de piedra”, la definición sigue pendiente para la alcaldesa Virginia Reginato y para el canal de turno, porque el público ya se definió, “no está ni ahí” con la competencia, y las mejores pruebas son el aprovechar de comer, ir al baño, estirar las piernas, mientras se desarrolla y que nadie se acuerda quién ganó el año pasado, aclaro que yo tampoco…, pero si me acuerdo cuando cantó The Police, John Denver, Carlos Santana… a buen entendedor, pocas palabras…
Luis Enrique Soler Milla