El martes recién pasado, un número importante de Diputados, oficialistas y de oposición, suscribieron una carta al director en un medio de circulación nacional donde defienden la presentación de un proyecto de ley que busca que las personas con enfermedades terminales puedan terminar sus penas en su hogar o en un recinto hospitalario. La visión expuesta legitima su aplicación en particular a los presos por violación de DDHH. Sorpresa me generó saber que el Diputado Miguel Álvarado (PPD) de nuestra región suscribió tales declaraciones.
Se aluden como fundamentos diversos pactos suscritos por Chile y normas legales vigentes en nuestro ordenamiento. Mencionan como requisito sine qua non de la defensa de los DDHH el no perder la "humanidad".
Me pregunto, ¿Es realmente un gesto "humanitario" abogar por la reducción de la sanción a violadores de los derechos que ellos dicen enarbolar? ¿Será que ellos no buscan el cumplimiento en condiciones "dignas" de la pena, sino que persiguen mostrarse como almas caritativas sin importar que ello signifique alterar el curso excepcional de la justicia por los derechos violados en dictadura?
Con este proyecto de Ley lo que se logrará es el festejo de la derecha, porque podrán entregar beneficios a los pocos verdugos que han enfrentado tribunales.
Alejandro Rojas Berenguela
Estudiante de Derecho y ciudadano de a pie.