Si pensamos en la complejidad asociada a los cientos de procesos y sistemas presentes en el mundo de la minería, nos cuesta entender cómo fue posible, por decenas de años, y antes de la irrupción de la tecnología, realizarlos de forma coordinada y teniendo como norte la maximización de recursos y tiempo. Hoy prácticamente la totalidad de esas actividades propias de la faena e incluso aquellas que responden a factores externos -como la volatilidad de los precios y la variación del costo de los insumos- pueden ser abordadas de forma integral gracias al Internet de las Cosas (IoT). 

Las empresas mineras serían las ideales para someterse a esta transformación digital. Gracias al aporte e inteligencia que ofrece esta herramienta, este mercado  crecerá 25%, según la IDC. 

En 2009, el Foro Económico mundial vaticinó que la automatización de las operaciones sería el driver tecnológico principal identificado por los propios públicos presentes en la minería hacia 2030. A casi 10 años de ese pronóstico, aspectos claves como la eficiente logística, la compra de insumos, la perfomance de los operarios, el estado de la maquinaria o incluso la posibilidad de anticiparse a posibles fluctuaciones de los mercados, hoy son integrados y analizados en tiempo real y luego transformados en activos de información para tomar mejores decisiones.

Internet de las Cosas significa un paso más en la forma en que la tecnología se adosa a la vida de grandes compañías, como las mineras. El desafío es seguir innovando y en donde el IoT pueda desplegarse en su total magnitud y lograr transformaciones tangibles que sitúen a esas empresas en lugares realmente competitivos en los mercados actuales.

Por Luis Castañeda, Director de Tecnología TrackTec S.A.

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