Señor director
Comenzando el Año de la Misericordia queda la pregunta respecto a qué rol tienen los jóvenes en ella. El Padre Hurtado decía que ellos son la luz del mundo en medio de la oscuridad. “Que nadie menosprecie tu juventud”. Somos nosotros quienes debemos tomar la batuta de la misericordia, ir al encuentro aprovechando la vitalidad para salir a las periferias físicas y existenciales.
Es este el momento de la vida que uno busca lo concreto y la acción sin cansancio. El Papa pidió una obra de misericordia espiritual y corporal por mes para ellos. Busquen al amigo que no conoce a Cristo, al pobre en el camino a sus quehaceres que no tiene hogar ni qué comer, al pecador y afligido, al preso que busca compañía, gasten todo lo que tienen (porque pueden dar más que cualquier otro). Si no es en este momento de la vida, ¿cuándo? Si no son los jóvenes, llenos de esperanza y energía, ¿quiénes? ¡Nosotros somos el futuro de la Iglesia! Si somos misericordiosos con el hermano y con nosotros mismos, la Iglesia seguirá el mismo camino, y esa es la verdadera Iglesia de Cristo.
Ignacio Leiva
Vocero de Voces Católicas