Señor Director:
La presidenta Michelle Bachelet ha planteado elaborar un proyecto de ley sobre el matrimonio igualitario. No logro comprender el punto de vista de los opositores de dicho proyecto, ya que sólo favorece a la población homosexual, no perjudica a nadie.
Hoy en día se han desmentido varios mitos sobre la homosexualidad: se sabe que no es un trastorno mental, ya que se han detectado conductas homosexuales en más de 1500 especies animales, así como se sabe que la gran cantidad de personas homosexuales que padecen trastornos mentales se originan por la discriminación de la que son víctimas. Por lo tanto, ser homosexual es tan natural como ser heterosexual.
La discriminación es una violación a los derechos humanos. La homofobia anula los derechos sexuales de las personas, violentando su vida, integridad, dignidad y libertad. Aun cuando Chile ha ido avanzando en la materia, es de los países más atrasados de Latinoamérica. Hasta el año pasado, una persona homosexual no podía donar sangre, si bien el riesgo de contraer VIH es el mismo en personas heterosexuales. Ya son 16 países y más de 16 estados en donde el matrimonio homosexual es legal. En Chile, las parejas homosexuales que deseen contraer matrimonio deben hacerlo en otro país, a pesar de que se trate de un 10% de la población.
Se supone que tanto religiosos como laicos son iguales ante la ley a pesar de que se trate de un país conservador y mayoritariamente católico. Un país que pretende avanzar hacia la igualdad pero que en marzo de 2013 prohibió una marcha pro diversidad sexual por la Alameda por razones religiosas. Pues bien, ese mismo año, el Papa Francisco declaró que un homosexual podía ser un buen católico por lo tanto no puede ser juzgado.
El Gobierno ya puso las cartas sobre la mesa pero no como prioridad. ¿Qué estamos esperando?
Natalia Zipper