Cómo le habrá salido humo de la cabeza al ingenioso que propuso poner los cajeros automáticos en los recintos policiales. Y, cómo a los profes, ahora le aumentamos la carga laboral a los carabineros, cuidan a los jovencitos en los estadios, los maltratan cuando concurren a un procedimiento, las tienen que hacer de nanas en ocasiones. ¿Pasan las fiestas de fin de año en sus casas? ¡NO! Ahora, aunque no quieran, deberán cuidar los dispensadores de dinero. ¿Qué imagen se llevarán los turistas de nosotros? . Cómo escribió un lector en una columna: los cajeros donde correspondan y los delicuentes en las comisarías.
Otra, se han dado cuenta cuantas botillerías hay cerca de los colegios (Universidades, centros de formación, institutos etc.) y deben estar a más de 100 mts de estos. No faltará el ruso pensante, que con suerte tiene media neurona, que va a proponer "Para evitar la cercanía de estos locales de expendio de alcoholes con los colegios, vamos a demoler todos los colegios cercanos a botillerías y los construiremos en otro lugar, y así solucionamos el problema de alcoholismo en los jovenes. Y capaz que lo hagan.
El mundo al revés.
Jone H. Guerrrero Ortíz.