Señor Director:

Últimamente han sucedido varios casos de abusos a menores de edad en distintas partes del mundo, lo cual nos deja inquietos ante situaciones diarias, hoy en día ya no se puede confiar en nadie para el cuidado personal de los menores.

Cabe destacar que en países como EE.UU, tras estudios realizados por una reconocida asociación psiquiátrica se redefinió la pedofilia como una "orientación sexual’’. Nos deja intranquilos la idea de que esta enfermedad en un futuro se vea algo común y corriente, siendo que no es normal que una persona sea capaz de provocar violencia sexual a un menor de edad; la violación es una agresión tanto física como psicológica, que provoca en los menores un daño incorregible a futuro.

Algunas de las consecuencias presentadas en niños violados son: pesadillas, problemas en el sueño, cambios de hábitos de comida, pérdida de control de esfínteres, consumo de drogas y alcohol, fugas, conductas auto agresivas, culpa, vergüenza, depresión, conocimiento sexual precoz e impropio a su edad, entre otros.

En Chile podemos notar que la edad y la inmadurez de los niños que son agredidos sexualmente provoca un miedo al momento de hablar. Hay un 95% de menores violentados que mantienen el secreto sin informar a sus familiares, ya que la reacción de estos puede causar mayor daño a los menores. En un 55% de los casos de violación los agresores amenazan a los niños, esto provoca en ellos un gran temor ya que no es fácil para ellos cargar el peso de los chantajes.

En vez de aceptar la pedofilia como una orientación sexual, deberíamos tratar a este tipo de personas para que en un futuro como sociedad entreguemos mayor protección a menores vulnerables, con el objetivo de cuidar su integridad física, ya que tenemos el derecho de vivir cada etapa de nuestra vida como corresponde.

Tahina Diaz Muñoz

Estudiante Colegio Alberto Pérez, Maipú

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