Señor Director:

Las contiendas entre dominicanos y haitianos siguen vigentes, mientras por un lado hacemos la vista gorda con aquel productor informal que trabaja en nuestras calles y que llega de manera ilegal a nuestra patria, por otro lado existen algunos que extranjeros efectúan actos barbáricos y deshonran nuestra patria al irrumpir en nuestra embajada en Haití.

El problema reside en que nuestra soberanía no es más que una burla ante los sistemas internacionales como la Corte Interamericana de Los Derechos Humanos, la cual hace solo pocos meses criticaron nuestra ley migratoria por considerarla muy exigente y con esto solo nos demuestra que la República Dominicana vive a diario la lucha de David contra Goliat. La República Dominicana solamente es una nación, pero esto no significa que por estos los demás países tengan mayor derecho que nosotros en decidir qué hacer con nuestras leyes. Entiendo que ningún inmigrante debería de tener ningún tipo de distinción o privilegio ante la solicitud de nuestra nacionalidad Dominicana, como la desea tener nuestra hermana República Haitiana.

En mi opinión considero que el gobierno Dominicano debería de ser claro con estos puntos y exigir el cumplimiento de nuestras leyes migratorias y ser equitativo con la entrega de dichos documentos. Por otra parte, el gobierno Dominicano tiene el deber de exigir al gobierno haitiano una disculpa por lo ocurrido el pasado miércoles 25 de febrero en nuestra embajada en Haití que aunque no haya sido efectuado directamente por el gobierno el mismo debería tomar la responsabilidad por lo sucedido. Por último el gobierno Dominicano debería de deportar a aquellos haitianos ilegales y mejorar nuestros sistemas fronterizos para evitar que más inmigrantes ilegales entren a nuestra nación.

 

Atentamente,

Victor E. Gómez, Santo Domingo

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