El mes de agosto ha sido celebrado como el mes de la solidaridad, en él, hemos recordado el enorme legado de hombres como el Padre Alberto Hurtado entre otros, y hemos visto por los medios de comunicación a personas conocidas por la opinión publica promoviendo la práctica de actividades caritativas.
Aunque esto último es importante promoverlo para el desarrollo social y cultural del País, la caridad no puede ser confundida por la solidaridad, menos ser confundida por quienes necesitan un Estado que incorpore la solidaridad como un pilar o valor esencial para el desarrollo de políticas públicas, atendiendo a su definición, la “Solidaridad” implica Adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles.La solidaridad significa estar al servicio de los demás y comprometerse con el destino de los otros, y es expresión de la naturaleza social del ser humano.
Un modelo de sociedad que incorpore la solidaridad como un valor esencialexpresa una responsabilidad recíproca de la persona con su comunidad, debe cruzar todas las dimensiones de la sociedad, con acento en ellas que dificultan el acceso de la gente a las oportunidades, como ejemplo el trabajo, las pensiones educación, salud, entre otras, y también en las políticas que establecen responsabilidad diferenciada con el bien común como por ejemplo las políticas tributarias, bajo la comprensión del que tiene más paga más.
Un modelo caritativo de sociedad se destaca en la comprensión de la economía actual, así la tesis del “chorreo” implica que los accesos a las riquezas dependerán de que tan ricos sean sus ricos, cuanto más ricos, mas riquezas caerán en forma de impuestos, empleo, negocios, entre otras al resto de los sectores de la sociedad.
Nuestra sociedad no debe renunciar a la búsqueda de un modelo solidario para ella, y una nueva constitución es la más importante oportunidad que tenemos para avanzar en la construcción de un estado solidario.
Hoy la discusión sobre una nueva constitución para Chile está centrada y polarizada en la forma, no en el fondo, así la centro izquierda chilena le está entregando una ventaja táctica a los sectores políticos y económicos que se oponen a la remoción del legado de la dictadura, debido a que la discusión sobre la forma solo confunde la ciudadanía sobre la importancia del fondo, y retrasa la posibilidad de contar con un estado democrático y solidario.
La existencia de una nueva constitución se hipoteca en la medida que las fuerzas políticas y sociales que promueven tal magnitud de cambio se segregan anteponiendo argumentos poco prácticos para lograr un ideal de sociedad basada en avanzar hacia un país de espíritu solidario, una nueva constitución necesita mayorías!
Camilo Ossandon Espinoza
Presidente Regional
Partido Demócrata Cristiano