Con mucho agrado he leído en la edición del 29 de enero de El Día la experiencia del colegio Manuel Rodríguez de La Serena, en materia de inserción laboral de alumnos con necesidades educativas especiales. Quiero simplemente aportar que no es la única experiencia de este tipo, puesto que nuestro colegio Pierrot lleva a cabo desde hace 4 años una experiencia similar, a través de su taller laboral dirigido al mismo tipo de alumnos (en nuestro establecimiento, aproximadamente un tercio de los 233 alumnos tienen necesidades educativas especiales sin ser un colegio especial). A fines de 2016 egresaron tres jóvenes del mencionado taller, al tiempo que otros dos pudieron realizar pasantías en empresas de la región (destacamos en especal la cooperación de Estrella Alpina), y una alumna ya ha sido contratada para este año, lo que supone una salida laboral para ella. En la sustancia se sigue la misma modalidad del Manuel Rodríguez, con la peculiaridad de que el Pierrot desde hace casi 30 años trabaja en materia de inclusión, basándose en la teoría de la modificabilidad cognitiva. Nuestro taller laboral, surgió precisamente para atender con responsabilidad social a los jóvenes y sus familias, para brindarles oportunidades de crecimiento, de desarrollo de la autoestima, la autovalencia y sustentabilidad económica. A partir de este año, la experiencia del Pierrot se amplía con la creación de un curso destinado a alumnos de entre 12 y 15 años (ya que por ley, los talleres laborales son para jóvenes de 16 a 24 años).
Desde ya agradezco que el diario haya dedicado espacio a una temática tan sensible, que incide mucho en la vida de tantas familias.
Saludos cordiales, Lucille Olhaberry, Coordinadora Programa Integración Escolar del Colegio Pierrot