Con la transición del poder en Arabia Saudita, el nuevo rey tendrá por delante una tarea hercúlea. Los incidentes recientes nos revelan que Arabia Saudita continúa llevando a cabo castigos inhumanos desobedeciendo flagrantemente los principios básicos de derechos humanos. El estado actual de intranquilidad y intolerancia de Arabia Saudita es causado principalmente por su rígida adherencia a la ideología wahabí difundida por Muhammad ibn 'Abd al-Wahhab conocido por su cruel fanatismo. Teniendo en cuenta los estrechos vínculos de rey Salman con el establecimiento religioso wahabí, es poco probable que intente aliviar las estrictas políticas religiosas de su país.
Arabia Saudita seguirá atrayendo la ira de la comunidad internacional a menos que el rey Salman sea capaz de rectificar el pobre historial de su país en respetar, proteger y garantizar los derechos civiles y políticos. Estoy convencido de que su sistema de justicia penal manifiestamente injusto tiene que ser reemplazado con un sistema mucho mejor que prohíba la flagelación pública, decapitación y otras formas de castigo brutal. Cuando haya un nivel máximo de intolerancia la intolerancia en el país, todas las obras de urbanización y actividades de desarrollo serán inútiles y sin sentido.
