Resulta que en estos días la Sociedad Chilena de Psicología del Trabajo, compuesta por cerca de 200 profesionales acaba de publicar un documento en el que dicen que la mayoría de los test que se usan para seleccionar personas para ocupar trabajos, en dos palabras, no sirven, así como lo leyó, no sirven, están los test de colores de Lüscher, Zulliger, y el más conocido de todos Rorschach, de grafología y otros de dibujos, para todos los que en más de alguna vez se han visto enfrentados a estos test, en largos procesos de postulación y que no lograron la vacante deseada, quedando claro que no fue por antecedentes profesionales, sino más bien porque en determinado test de manchas vieron … un cocodrilo tocando piano en vez de un oso jugando al emboque… ó manchas de sangre en vez de mermelada de ciruelas ó eligieron el color magenta en vez del azul del rey ó dibujaron un paragua muy destartalado para proteger a la típica anciana propuesta, tal vez cada uno de ellos tenga su propia anécdota al respecto, pero poniéndonos serios, las conclusiones de los casi 200 psicólogos, llega un poco tarde, aunque debo decir que desde hace tiempo yo puse  en duda los omnipotentes dones de estas verdaderas “bolas de cristal” y de los iluminados que interpretaban sus mensajes, por experiencias de amigos y personales, definitivamente a estas alturas del partido no hay a quién reclamarle, y si a lo anterior le agregamos que todos estos procesos “pasaron a mejor vida” cuando a través de las redes sociales habían verdaderos cursos de instrucciones, de que decir ante determinada mancha ó color para  tener éxito y quedarse con la vacante; MI experiencia personal para seleccionar personas es colocarlas en el escenario donde se van a desempeñar, con situaciones límites, viendo sus reacciones, sus soluciones propuestas, tiempos de respuesta, pero nunca se me  ocurriría decidir no trabajar junto a determinados profesionales, porque vieron un macetero en caída libre y no lo que el psicólogo quería que vieran para declararlos aptos… ¡ Exigimos una muy buena explicación !

Luis Enrique Soler Milla

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