A solo tres meses del desarrollo de las primarias, (2 de julio).Si usted le pregunta a la gente, ¿Cuántos candidatos hay inscritos para las próximas elecciones? Y ¿Cuáles son?, probablemente una gran concentración de ellas te mencione entre dos a cinco candidatos como mucho.

La interrogante es, ¿Por qué gran parte de la ciudadanía solo reconoce solo a una minoría de los candidatos? Y ¿Cuál es el causal de esto?

Como respuesta a la primera pregunta, se deduce que es debido a la responsabilidad que cumplen los medios de comunicación a la hora de difundir información de los candidatos.

Medios que se focalizan en los intereses particulares motivados por los dueños de las instituciones nombradas, por ejemplo, los periódico La Segunda y el Mercurio cuyo propietario son la familia Edwards, familia la cual es reconocida por ser tradicionista, por ese causal, las gacetas se encuentran ligadas a tendencias conservadoras y de derecha.

En consecuencia, estos medios monopolizadores imposibilitan que la sociedad identifique al resto de candidatos, provocando una desmembración del poder repartida en un órgano cerrado de carácter oligárquico, como consecuencia, está a trascendido durante los años.

De igual manera que los medios de comunicación, los fondos económicos suelen ser un pilar fundamentar a la hora de atraer votantes, debido a una burda relación que se realiza entre la gestión de la riqueza particular y la posible administración del estado. Creando el siguiente paradigma, “entre más dinero posea en prospecto, mayor será la prosperidad económica de la sociedad”.

Si analizamos la política de crecimiento económico de los países, propiamente un incremento financiero no erradicara la pobreza, por el contrario, incitara un aumento en las brechas sociales, es decir, el menos afortunado será más miserable y el más adinerado exaltara de manera exhaustiva la constancia de su fortuna, es debido a que nuestros recursos no son ilimitados.

Si la política de crecimiento fuera viable, deberíamos establecer como requerimiento mínimo que todos los candidatos hayan ejercido laboralmente en Wall Street para masificar nuestras ganancias.

Cambiando de tema, me dispondré a mencionar dos de estos precandidatos y los relacionaremos con lo dicho anteriormente. Ellos son los que albergan mayor resonancia en el mundo público y poseen un mayor índice en intención de voto, ocasionando una brecha enorme en correlación al resto de precandidatos.

Según el último sondeo realizado por la encuesta Adimark lideran dos candidatos el ex Presidente Piñera con un 24% de intención de voto, y con 16% el senador Alejandro Guillier.

El primero, el ex presidente, conmocionado con las asociaciones en distintos casos de corrupción, como la mina santo Dominga, el caso Penta y SQM, además, de diversas compras de dudosa reputación como es la ocasión de la empresa LAN, actualmente LATAN.

Sebastián Piñera un conocido empresario, poseedor de aptitudes propicias de su facultad, vincula  a chile como una “máquina para escupir dinero” para su propio beneficio y no a las facultades del estado.

Mientras tanto en segundo lugar el senador Alejandro Guillier, aunque a diferencia de su homologo este no presenta casos de corrupción, es este el motivo de su inesperado acenso, de igual manera, Guillier es poseedor de críticas igualmente deshonrosas.

Actualmente el senador está en un proceso de investigación por fiscalía por eludir dineros al servicio de impuestos internos (SII) en formas de facturas relacionadas con los medios de comunicación TVN, Chilevisión y la Red durante el año 1993.

De manera vinculada ambos presuntos candidatos son dueños de un memorial económico para nada modesto, Guillier goza en total de US$361 millones mientras tanto Piñera con un patrimonio de US$2.700 millones aproximadamente, no obstante, independiendo de la gran diferencia de dólares entre los dos aspirantes estos son poseedores de una gran cantidad de bienes a comparación de una familia común, que en promedio es de 1.371 dólares.

Es debido a esto que la opinión del público, al momento de contemplar a esta clase política claramente siente un desprecio y esto es reflejado a la hora de vota, en síntesis, se concluye que los bajos niveles de participación electoral son consecuentes al duopolio que abarca la oligarquía en relación a la dominación del poder.

Sin duda el ganador en las próximas elecciones se regirá en quien posee mayor carisma y capacidad mediática, mejor dicho, el individuo que adquiera la habilidad para manipular a la mayor cantidad de personas en contraste a su oponente. Por mi parte me dispondré a informarme de manera externa sobre el resto de candidatos.

X