Con la creación de los cinco Centros de Formación Técnica (CFT) estatales, uno en la comuna de Ovalle, la Presidenta Michelle Bachelet está dando respuesta al desafío que tiene Chile de contar con más profesionales del área técnica y es, sin duda, la mayor inversión del Estado en infraestructura para formación técnica en los últimos 50 años, junto con las universidades estatales de O’Higgins y Aysén.
Hay que ser claros y decir que con esta iniciativa, no sólo se potencia la formación de más técnicos con pertinencia en las actividades locales, sino que también se desarrolla una alianza público - privada entre el Estado y la industria para generar técnicos calificados y reconocidos socialmente, los que contribuyen a la tecnología de punta, innovación constante y alta productividad. Estos elementos son claves para el éxito económico de un país, tal como lo ha demostrado el modelo de formación técnico-profesional que tienen naciones altamente industrializadas, como lo es Alemania, por ejemplo.
Como he dicho, las carreras que desarrollemos en el CFT de Ovalle, que estará al alero de la Universidad de La Serena, tienen que estar acordes a la demanda laboral de la provincia de Limarí, pero también de la Región de Coquimbo. Por ello, formamos una mesa intersectorial, donde estará presente el Estado mediante el Ministerio de Educación, del Trabajo, Economía, Subdere y Corfo, y desde el sector productivo está la Cámara Chilena de la Construcción, los trabajadores y los colegios técnicos. Con el diálogo, con todos los sectores, podremos determinar el proyecto central que perseguirá el Centro de Formación Técnica.
Sin duda, ésta es una oportunidad única para que nuestra región avance en potenciar áreas económicas en que es líder y cree nuevas. Es una apuesta que no sólo quiere una mayor cantidad de técnicos, sino también entregar una enseñanza de excelencia y restituir el rol del Estado en la entrega de educación como un derecho social.
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