Cuando nuestra presidenta Bachelet invita a los empresarios a “remar juntos” para impulsar al crecimiento económico de Chile en el marco del encuentro anual de los microempresarios organizado por la Sofofa, dado   que no se tiene el apoyo de un “viento de cola” (componente del viento  paralela al sentido de la marcha), en alusión al bajo valor del cobre…, por lo que siguiendo con la situación de que Chile es un bote, propuesta por la presidenta, entonces  todos los chilenos vamos en el citado bote, y cada uno con su remo, es ahí en donde la presidenta debiera hacer ciertas consideraciones, por ejemplo estudiar los “vientos cruzados” (componente del viento perpendicular a la dirección de la marcha) y tomar medidas en contra de quienes se subieron al bote tras su llegada a La Moneda, con el slogan de apoyarla para hacer más grande a Chile, remando a su favor sin condiciones, pero los hechos han dicho lo contrario, incluso con parte de su entorno directo, otros usando y abusando de sus posiciones privilegiadas en el bote para pescar para ellos mismos y familia, descuidando totalmente su misión de remar por Chile, están también los que decididamente se subieron al bote, simplemente como emprendedores de grandes ideas, siempre acompañados de decididas arengas y rupturistas proyectos, reformas y otras, que al cabo de un tiempo de remar, abandonan el bote porque sus emprendimientos no están alineados con “la brújula del gobierno”, en una condición diferente a la cuando se subieron, la Familia Política & Asociados también tiene lo suyo, como que subió al bote con mucho equipaje, que dijo no pesar nada, pero resultó lo contrario, es cosa de ver el costo que significará el aumento de parlamentarios, los viajes, dietas, etc. y por último están los chilenos de a pie, la inmensa mayoría de tripulantes del bote,  cada uno no con un remo, con varios remos, sin chalecos salvavidas, poniéndole todo para llegar a puerto seguro, en donde tendrían salud cubierta, buenos trabajos y sueldos más que dignos, pero son ellos los que dejaron clavada la aguja del “sextante” en los veintitantos por ciento de popularidad de la capitana del bote, por notar que iban para otro lado, no para el prometido, esa es la realidad del bote presidencial, al parecer más que remar, incluso en doble ó triple jornada, más que bajar a los “pesos muertos” que no aportan nada, por los hechos largamente vistos, repetidos e indignantes, lo que se necesita es que la presidenta de un “golpe de timón”, para que todos los pasajeros del mentado bote, sientan que ella tiene el control y no quienes la rodean y aconsejan, no por Chile y su gente, más bien para llevarla a navegar por aguas en donde sus pescas personales sean más fructíferas…, queda pendiente el caso si ahora Chile fuera un avión, pero un planeador, a propósito del viento de cola…

Luis Enrique Soler Milla

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