Ha sido de público conocimiento que el alcalde de Vicuña, Rafael Vera, escribió una carta a la presidenta Michelle Bachelet, solicitando el cambio del nombre de nuestra Región, llamada actualmente Coquimbo, por el nombre de Gabriela Mistral, poetisa vicuñense ganadora del premio nobel de literatura.

Sin entrar a discutir la pertinencia de la solicitud, me gustaría analizar uno de los argumentos esgrimidos por el señor Vera en favor del cambio del nombre de la Región. Él menciona que Coquimbo, que según él significaría “Aguas Tranquilas”, no sería representativo debido al gran porcentaje de comunas de la Región ubicadas en los “valles interiores”. Sobre esto decir que lo anterior demuestra lo extendida que está la falsedad respecto del origen de la palabra Coquimbo. La mayoría señala que Coquimbo provendría del mapudungún (o mapuche) y significaría “Aguas Tranquilas”, idea errónea difundida por Pedro León Gallo en 1919, quién inventó este significado apoyado en la presencia de la palabra “CO”, que en mapuche significa “agua”. Aunque suena bastante poético, esto no tiene ningún sustento lingüístico.

El origen más aceptado para la palabra Coquimbo, no es mapuche, sino quechua, idioma hablado por los Incas, civilización que dominó la región y sus pueblos antes de la llegada de los españoles. Es así como Coquimbo provendría de las palabras quechua “Qulqi” (plata) y “Tampu” (estación), o si se prefiere “Qulquimpu” o “COQUIMPU”, que significa "Tambo de Plata" o  "Estación de Plata” y que haría referencia a la existencia de yacimientos de plata probablemente conocidos por los Incas.

Coquimbo, se usaba para denominar la parte baja del valle del Elqui en la época en la que la extensa región era gobernada por un representante del imperio Inca en el periodo pre hispánico. Siguiendo la tradición incaica, se pasó a llamar Coquimbo una de las tres intendencias en las que se dividía el país (las otras dos eran Santiago y Concepción). Luego se pasó a denominar Coquimbo una de las tantas provincias en las que se dividió Chile y finalmente, siguiendo la tradición, se nombró por Coquimbo una de las 16 regiones actuales. Por todo lo anterior, se concluye que la ciudad de Coquimbo, debido a su surgimiento tardío, se llama así debido al nombre de la región y no al revés. 

Así, basados en la historia y en virtud del nombre de la Región, podríamos decir que, por ejemplo, los vicuñenses son COQUIMBANOS. En la época colonial, La Serena era identificada como parte de Coquimbo, por lo que sería razonable decir que los serenenses son COQUIMBANOS. Podríamos afirmar por diversas razones lo mismo respecto de los ovallinos, vileños, illapelinos, etc.

Lo anterior puede parecer una discusión trivial, pero a la vez demuestra cuán arraigadas pueden estar algunas creencias en hechos engañosos y carentes de todo fundamento. Esto es un ejemplo de cómo chismes, “chamuyos”, mitos y un cuanto hay forman parte de nuestra realidad, lo que, en muchos casos ha conducido al ser humano hacia consecuencias catastróficas.

Es por esto que pido enfáticamente combatir la ignorancia, madre de millares de desastres, e instaurar una sociedad del conocimiento, porque lo que ha probado ser más efectivo hasta ahora, en lo que a avances de la humanidad se refiere, ha sido la acumulación de conocimiento a través de las ciencias y no por medio de especulaciones o creencias.

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