Ante la inscripción de más de  12 mil candidatos  para la elección de octubre próximo, cabe preguntarse…

¿Cuántos de ellos habrán leído y otros releído el “Manual de Carreño” de urbanidad y buenas costumbres en su arista política, en especial los nuevos y los que se reeligen respectivamente, eliminando el uso del nepotismo, uso y abuso de informaciones privilegiadas, corrupción y cohecho?

¿Cuántos de ellos resistirán el “Test de la blancura”, tan propio y necesario de nuestra prensa y la de una ciudadanía hoy más empoderada, que ya dejó a muchos en la vera del camino en elecciones anteriores?

¿Cuántos de ellos tendrán como lema el servir y no el servirse de la política para fines personales, familiares y partidistas?

¿Cuántos de ellos tendrán los respaldos académicos, profesionales, experiencias laborales y otros en su CV,  acordes a sus potenciales nuevas obligaciones, para no tener que rodearse  de batallones de asesores al realizar sus trabajos y así alivianar la carga de gastos al estado y a los chilenos?

¿Cuántos de ellos estarían dispuestos a respaldar sus promesas de campaña con su patrimonio y/o garantías personales para dar la seguridad de la seriedad y factibilidad de sus propuestas en la forma y en fondo?

¿Cuántos de ellos, en especial los que van a reelección, cuando se destaparon todos los escándalos de la Familia Política & Asociados, hicieron su “Mea Culpa”, sincero y se pusieron a disposición de las fiscalías para aportar todo lo que sabían para llegar al fondo de la verdad en la investigaciones?

¿Cuántos de ellos ven en su candidatura una real oportunidad de servicio al país y a su población y no como una opción de posición, poder y de jugosos estipendios ante la total imposibilidad de postular a otros trabajos en el área privada con similares beneficios, por tener currículos insatisfactorios para  las exigencias  del mercado laboral hoy en día?

¿Cuántos de ellos?

Luis Enrique Soler Milla

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