Según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017, el 12,3% de los chilenos tiene diabetes, sin mencionar los cientos que no han sido diagnosticados por no presentar aún todos los síntomas. Y es cuando aparecen estás cifras que las personas se preguntan, ¿se puede prevenir esta enfermedad?
Primero, tenemos que entender que existe la diabetes tipo 1 y 2, siendo la primera de origen autoinmune y, la segunda, derivada de la resistencia a la insulina ocasionada por diversos factores como la predisposición o antecedentes familiares, pero -principalmente- por los malos hábitos alimenticios y la escasa actividad física.
Por lo tanto, la diabetes tipo 2 sí se puede prevenir: tenemos que mantener una correcta alimentación y practicar ejercicio de manera habitual. La correcta alimentación se basa en cuidar qué comemos y cuánto. Intente disminuir el consumo de azúcar y grasas saturadas, además de establecer horarios y colaciones cada tres horas, de manera que su glicemia (el azúcar que circula en la sangre) no varíe bruscamente durante el día.
Por otro lado, recuerde la importancia del ejercicio. En el caso de los pacientes con diabetes tipo 2 que presentan sobrepeso, el ejercicio debe ser parte de su rutina diaria. Practicar algún tipo de actividad aeróbica -ya sea correr, trotar, o nadar- ayudará a controlar su metabolismo. Sin embargo, es necesario que se consulte a su médico sobre cuánto tiempo, tipo de rutina e intensidad en la que puede practicar. Recuerde que, dependiendo de su edad y estado físico, se determinará el tipo de ejercicio que debe realizar.
Por último, una de las cosas más importantes que deben hacer los pacientes diabéticos es asistir a sus controles periódicos y realizarse sus exámenes de rutina. Ya sea que haya sido diagnosticado con diabetes tipo 1 o 2, los controles con su especialista son fundamentales para determinar cómo ha evolucionado la enfermedad y cómo ha reaccionado a su tratamiento, sobre todo si éste es apoyado con varios medicamentos.
En la mayoría de los casos, aquellos pacientes que siguen estos tres simples consejos logran mantener una óptima calidad de vida. La importancia del autocuidado y la responsabilidad de hacer seguimiento a la enfermedad es fundamental.