Todos quienes hemos pasado la búsqueda de un primer empleo, sabemos lo difícil que es.  A nadie le enseñan cómo buscar trabajo. Es del tipo de actividades humanas que se aprenden en la práctica, a punta de ensayo y error, y donde el capital social es determinante.

Lo primero es la pregunta vocacional: qué es lo que quiero hacer, para qué soy bueno, qué me motiva. Lo normal es que en la juventud no tengamos muy claras las repuestas. Podemos tener más claro lo que no queremos hacer, lo que no nos gusta, pero poca claridad sobre lo que queremos en la vida.

Despejadas las dudas vocacionales viene la pregunta del cómo lo hacemos, ¿dónde buscamos?. Buscar en el diario, en en los sitios web especializados, pero ¿dónde más?. La verdad es que la mayoría de las búsquedas laborales no alcanzan a ser publicadas, y las personas encuentran trabajo por el boca a boca. Si eres de los afortunados que tiene “contactos”, seguramente te será mucho más fácil encontrar una buena posibilidad. Si eres parte de la mayoría de los chilenos, que no estudió en colegio privado o una universidad top, el camino es más difícil.

Luego viene la entrevista laboral, ¿cómo lo hacemos? ¿cómo se enfrenta? Preguntas desde cómo voy vestido, qué debo responder, cómo preparo un buen currículo vienen a nuestras cabezas. Esta es nuevamente el tipo de cosas que resolvemos echando mano a nuestra red de “contactos”. Amigos y familiares son la primera fuente a la que recurrimos para prepararnos para nuestra primera entrevista laboral. Aquí nuevamente si eres de los afortunados cuya red de contactos ha tenido vasta experiencia asistiendo a entrevistas laborales formales, tus posibilidades de éxito aumentan. De lo contrario, como para la mayoría de los chilenos, el camino se hace difícil.

Encontrar un buen empleo en Chile no es fácil para la mayoría de los chilenos que no tiene “contactos”. La cuestión se torna decisiva si consideramos que la calidad del primer empleo favorece la calidad de los empleos futuros, según afirmó la OIT en 2015.

Entonces, los esfuerzos que Chile haga por favorecer un buen primer empleo para los jóvenes tendrán buen rédito en la empleabilidad futura. Para esto son necesarias tres consideraciones.

Primero, la preparación para el mundo laboral debiera iniciarse en los últimos años del colegio, etapa en que los jóvenes inician la transición hacia el mundo adulto, y deberán estar preparados tanto para trabajar, como para trabajar y estudiar. Particularmente, los jóvenes provenientes de contextos vulnerables necesitarán trabajar sea cual sea la trayectoria de vida futura que emprendan. La preparación previa a terminar el colegio permite intervenir oportunamente justo en la etapa en que se comienzan a tomar decisiones. Luego del egreso, los jóvenes pierden un espacio de referencia, lo que hace difícil contactarlos y brindarles apoyo.

Segundo, se requiere apoyar a quienes no tienen “contactos” para obtener buenas posibilidades laborales. El apoyo institucional para la inserción laboral favorece a los jóvenes al iniciar su vida laboral con un trabajo de mejor calidad al que obtendrían por su propios medios, y también favorece a las empresas que pueden llegar a talento joven que de otra manera perderían.

Tercero, el aporte de organizaciones estatales y de la sociedad civil que apoyen a los jóvenes en el proceso de transición a la vida adulta es clave. Hoy las trayectorias de vida de nuestros jóvenes no siguen el esquema lineal tradicional. Sus opciones al terminar la etapa escolar son múltiples, varían e iteran, entre estudio, trabajo, ocio, en diferentes combinaciones. Sus decisiones en esta etapa de la vida tienden a ser decisivas en sus trayectorias futuras. El apoyo institucional en esta etapa será significativo para una toma de decisiones informada y reflexiva.

Preparación para el mundo laboral, orientación vocacional, apoyo académico, red de contactos para encontrar un empleo y acompañamiento, son todas partes de un servicio necesario para nuestros jóvenes, especialmente los más necesitados.

Autor

Imagen de Francisco Ruiz
Director de Fundación Forge Chile, organización sin fines de lucro dedicada a facilitar una inserción laboral de calidad a jóvenes, a través de un sistema innovador de formación y empleo. Nacida en 2005 en Suiza, tiene también sedes en Argentina, México, Uruguay y Perú. Desde 2015 trabaja en Chile apoyando a jóvenes de cuarto medio de colegios técnico profesionales de Santiago.

 

 

 

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