Como futura educadora de párvulos me llama mucho la atención la relación que existe entre el jardín o escuela y la familia de los niños y niñas. En mi experiencia como estudiante y lo que he visto con mis hermanos y primos, la participación que hay de los padres en el jardín es muy escasa, no va más allá de las reuniones de apoderados, asistir a los bailes, revistas de gimnasia, etc. Hoy en día existen algunos cambios, pero ¿serán suficientes?
Según Bromferbremer, vivimos y crecemos en familia y existe una compleja red de interacciones que, a su vez, se ve afectado por múltiples niveles ambientales. Es ahí donde encontramos el microsistema, es decir, las interacciones del niño con su medio más inmediato, donde encontramos la casa y la escuela.
Siempre se ha creído que, al momento de educar a un niño, la escuela y la familia tienen un rol por separado. La familia debe entregar los valores, los buenos modales y costumbres y en la escuela se debe entregar la “materia”, enseñar a leer, los números, escribir, etc. Pero no saben lo importante que es que exista uno unión entre ambos. No quiero entrar en generalizaciones, pero muchos padres y apoderados creen que al dejar a sus hijos e hijas en la escuela o el jardín su trabajo terminó y es la educadora la que se tiene que encargar del resto, pero no es así, es importante que los padres y apoderados participen en la educación de sus hijos en la educación inicial y que sean parte de este proceso.
Este año surgió un cambio importante en las bases curriculares de la educación parvularia donde, además de la inclusión, uno de los principales cambios es integrar a la familia, ya que esta es el núcleo central donde el niño y la niña encuentran sus significados más personales. Por eso es importante que entre ambos construyan un proyecto común y que compartan responsabilidades a la hora de construir aprendizajes y en el desarrollo de los niños y niñas. Es por esto que en las nuevas bases existen consideraciones para el trabajo colaborativo de la familia y la comunidad educativa. Una de estas consideraciones es que el equipo pedagógico, la familia y otros agentes deben sentirse parte de los objetivos que se promueven dentro de los establecimientos; integrar a las madres, padres, adultos significativos y apoderados para que se sientan bienvenidos, respetados y escuchados, entre otras cosas las cuales invito a los padres y apoderados a conocer, ya que es muy importante que participen en la educación inicial de sus hijos y que ellos los sientan parte de este importante proceso.
El ministerio de educación elaboró un material pedagógico titulado Orientaciones para Promover la Participación e Involucramiento de las Familias en Educación Parvularia, con el fin compartir elementos para la reflexión y planificación de procesos que incorporen a las familias en las acciones desarrolladas, identificando objetivos y acciones concretas hacia el fortalecimiento de la alianza entre las familias y los establecimientos educativos. En este programa, además de entregar antecedentes sobre el tema, da a conocer principios de la política de la participación de la familia y la comunidad educativa, áreas estratégicas y temas a considerar, además de acciones que dan resultado. Todo con el propósito que la familia forme parte de este importante proceso.
Es muy importante que los padres, apoderados y comunidad educativo formen una unión para el aprendizaje y desarrollo de los niños y niñas, que ellos encuentren un espacio cómodo, donde se preocupen de su bienestar y que potencien al máximo sus habilidades.