Hoy vivimos una de las revoluciones tecnológicas más frenéticas de la historia. Los avances en plataformas digitales, inteligencia artificial y la minería de datos está generando un gran número de puestos de trabajos y oportunidades de emprendimiento lo cual genera diversos desafíos como la formación de los 2 millones de programadores que faltarán para la próxima década.
Hadi Partovi, CEO de Code, organización que busca difundir las ciencias de la computación, comenta que las carreras ligadas a la informática son las de mayor crecimiento y de mejor perspectiva salarial en nuestros días. Por lo mismo, es importante formar a los estudiantes de Chile en STEM, acrónimo en inglés para referirse a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, en especial las ligadas a las tecnologías de la información.
En Chile tenemos una trayectoria de décadas con programas que buscan entregar acceso y fomentar el desarrollo de vocaciones STEM en los estudiantes. El Centro de Educación y Tecnología del Ministerio de Educación (Enlaces) existe desde 1992 y Explora de Conicyt que busca crear una cultura científica en los estudiantes trabaja desde 1995 con diversos programas.
Sumado a los esfuerzos estatales encontramos un gran número de iniciativas de la sociedad civil para fomentar talentos STEM en tecnología. Lo preocupante es que al consultar a estudiantes chilenos que rindieron PISA 2015 si se imaginan trabajando en ocupaciones ligadas a las ciencias de la computación al tener 30 años solamente un 0,4% de los entrevistados respondió afirmativamente. Muy por debajo del 2,6% del promedio de la OECD o el 3,7% manifestado por los estudiantes de Perú.
Entendemos que no todos serán expertos programadores o emprendedores digitales, pero como país necesitamos prepararnos para afrontar los desafíos que plantea la revolución tecnológica, generando un currículum nacional enfocado en preparar a los estudiantes y motivarlos para ser protagonistas de la sociedad de la información. En el desarrollo de vocaciones y habilidades en ciencias de la computación, conocidas son las iniciativas lideradas para que estudiantes participen de concursos de robótica como Corazón de Chileno y STEM Academy, el impacto de la campañas de Kodea como la Hora del Código Chile, el trabajo sistemático del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile y la potencia de Ingeniosas, iniciativa liderada por Girls in Tech Chile y Comunidad Mujer para fomentar vocaciones en STEM en niñas de escuelas nacionales; y, el trabajo que realizamos en Innovacien desde el 2009 capacitando a docentes y estudiantes para desarrollar habilidades del siglo XXI y fomentar la programación en el sistema educativo.
Los cambios tecnológicos son tan rápidos y radicales que no esperarán si Chile sigue demorando el fomento de las vocaciones STEM en tecnología de una forma organizada. Sino una vez más el desarrollo pasará tan cerca que veremos en primera fila como se escapa la oportunidad de que nuestros estudiantes puedan ser protagonistas de futuro.
DAVID LEAL OLIVARES
Director Ejecutivo ONG Innovacien
Profesor de Filosofía y tesista de Magister en Filosofía Política