Hace unos días visitó Chile la politóloga y filósofa Chantal Mouffe, quien es una importante ideóloga del pensamiento político del posmarxismo que proclama la necesidad de radicalizar la revolución democrática de la modernidad a través de una democracia plural con elementos conceptuales filosóficos propios de algunos pensadores  posmodernos. Su pensamiento inspiró al movimiento que originó las grandes protestas de indignados en Europa y al Partido Podemos en España, y me atrevería a decir que ha influido en algunos sectores del Frente Amplio en Chile.

Para comprender el pensamiento de Moufee en el contexto de la política chilena debemos explicar cómo la alternativa de la tercera vía que surge en el laborismo inglés como respuesta a la hegemonía neoliberal, permeó en la política de los consensos de la concertación durante el período de la  transición a la democracia. La tercera vía se origina a partir de las teorías reformistas de Anthony Giddens como una búsqueda de atenuar las desigualdades que originaba el neoliberalismo, a través de reformas a la socialdemocracia que le permitiera desenvolverse en la globalización dominada por la economía de mercado. En Chile, Ricardo Lagos es considerado un claro ejemplo de la tendencia de la tercera vía, de hecho la solución del Crédito con Aval del Estado (CAE) en la Educación Superior es un ejemplo de este tipo de políticas públicas de centro-izquierda en un contexto hegemónico.

Para Moufee esta política de los acuerdos lo que generó es que se desarrollara una inclinación hacia el centro, lo que deriva en que al no haber grandes diferencia ideológicas la sociedad se despolitiza. En este contexto, me parece que esto sucedió en el Chile de la transición, pero durante el movimiento estudiantil del 2011 se pone en duda ese relato homogenizado. Pues bien, en este escenario el programa del segundo gobierno de Michelle Bachelet respondió a las demandas de los movimientos sociales, sin embrago el conglomerado de la Nueva Mayoría que incluía a la Democracia Cristiana y al Partido Comunista terminó elaborando reformas mal implementadas que parecían ser boicoteadas entre sus propias filas por los mismos ideólogos de la tercera vía.

La emergencia de la Nueva Izquierda en Chile que representa el Frente Amplio, -que en un plazo muy corto consiguió una excelente votación en la última elección presidencial y una considerable bancada en el Congreso- responde en gran medida a una reacción en contra de la hegemonía neoliberal del periodo post-político del que habla Moufee. En este sentido, lo que debiera proponer el Frente Amplio como coalición es una democracia plural que no sólo tenga partidos que participen y radicalicen democráticamente las instituciones del Estado, sino que también convoquen a sus filas a un amplio número de movimientos sociales indignados por las políticas de centro. De este modo, a través de un pluralismo agonístico se busque el disenso que marque las diferencias ideológicas con el neoliberalismo, permitiendo así que surja una nueva izquierda que sea capaz de responder al desafío de superar la economía de mercado ortodoxa y proponer un Estado de Bienestar radicalmente democrático.

 

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