¿cuando le vamos a preguntar a los niños y niñas  que quieren, sienten y desean para ellos mismos?Hoy en día, niños y niñas se encuentran en constante vulneración de sus derechos, pero parece que no nos damos cuenta hasta que en las noticias vemos casos sobre niños institucionalizados que son maltratados física y psicológicamente, o en ocasiones además abusados y violentados sexuamente  por sus familiares y/o cercanos. Esto lo vemos evidenciado en la encuesta de victimización del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, el 75% declara haber sido víctima de violencia o maltrato en su hogar, en una muestra de 6.050 niños de sexto básico a cuarto medio.Lo que no quiere decir que sean solo niños y niñas violentados desde sexto básico, pues esto solo refleja los casos visibilizados en la preadolescencia. De forma adicional, el de niños que dice ser víctima de abuso sexual es de 7,3 en la medición del Ministerio y de 8,7 de acuerdo a la Unicef (Ministerio del Interior y Seguridad Pública, Adimark GfK, 2013; Unicef, 2012a).  Y si bien estos son casos evidentes y concretos que afectan a la dignidad humana de los niños y niñas como tal. Hay que ser consciente de toda la vulneración naturalizada y generalizada que existe hacia la infancia; donde nos encontramos con pocos o casi ningún espacio público para que puedan expresar su opinión, un espacio en el cuál sepan que serán escuchados, y que sobre todo tengan voz.

Naturalizamos tantas conductas de los adultos, en relación a su trato con los niños y niñas, tanto en las acciones como en nuestro lenguaje cotidiano, que reflejan la gran invisibilización hacía su niñez, en donde se ven reflejadas nuestras concepciones e ideas que se tienen sobre los niños y niñas. “El futuro de los niños es hoy, mañana será tarde” Gabriela Mistral, poeta, diplomática chilena, ganó el Nobel en Literatura en 1945 (1889-1957). 

La infancia es fundamental. Todo lo que implica la infancia, todo lo que son niños y niñas, todo lo que es futuro y presente, es realmente muy importante. No es que los niños y niñas vayan a ser importantes en el futuro, son importantes ahora.

Sin embargo, los niños y niñas de Chile y el mundo entero son continuamente silenciados, vulnerando perpetuamente el derecho a la libre expresión de  el cual los adultos creemos proteger a los niños y niñas sobre el mundo exterior, pero son desprotegidos en sus derechos humanos y del niño.Si bien estamos pendientes la mayor parte del tiempo que el niño o la niña se mantenga alimentado, estimulado y con las necesidadesbásicas saciadas (con una mirada asistencial) y nos seguimos quedando atrás en el pensamiento de que son ciudadanos, y darnos cuenta que son personas con todos sus derechos; y actores activos de su propio entorno social.No basta con solo entregar necesidades básicas a los niños/as, sino que son un sin fin de elementos más, ya que esto sobrepasa todos los límites y  debemos tomar conciencia que los niños y niñas actualmente siguen siendo vulnerados e invisibilizados, y hay que hacer el cambio, tanto en los hogares, como en las salas de clases y en los espacios públicos, es ahora o nunca.Particularmente a nosotras como educadoras  el tema de la “Infancia”nos toca con fuerza, ya que vemos a diario dentro y fuera de las aulas niños/as en vulneración e invisibilizados, escuchando frases como “cuando los adultos hablan, los niños no” sin embargo como sociedad no le tomamos el peso y con la violencia que se vé a diario tal como revela la  encuesta Demográfica y de Salud Familiar; que más del 70% de los niños ha sido víctima de algún tipo de violencia. La violencia contra la infancia se oculta, muchas veces, en hábitos de crianza permisivos con esta violencia. Según  ENDES (2015,) un tercio de la población reconoce utilizar la violencia física para castigar a los niños. Un hábito que afecta seriamente su buen desarrollo.

La pregunta que brota es: ¿Qué podemos hacer como docentes, como “educadores de a pie”,  que hacer para que niños y niñas no sean vulnerados, ni invisibilizados?

Creemos firmemente que lo que podemos hacer hoy es abrir instancias de conversación donde podamos escuchar a niños y niñas, dejando de lado supuestos que todo lo que dicen vale menos que lo que dice un adulto, incentivándolos al pensamiento crítico y a su libre expresión, en conjunto además a sus familias para educar en la crianza respetuosa y segura, cómo pedagogos y profesionales relacionados a la infancia es urgente hacer algo.

Sería de  gran ayuda desafiarnos a incorporar la creatividad,  imaginación y la plasticidad que conllevan niños y niñas, para facilitar el aprendizaje integrando los aportes de los niños/as en la construcción de una sociedad más equilibrada, menos desigual y más justa, promover una existencia más humana, amable y respetando la dignidad humana en todo momento.Tenemos la responsabilidad de batallar a diario por todas las vulneraciones que vivenciamos a diario en nuestros niños, escuchar todo lo que ellos exigen y por sobre todo dejar como legado que ellos no son objetos que generen ternura, y tengan sólo que asistirlos, y que no tienen espacio ni derecho de expresar sus ideas, sino más bien sujetos de derechos, sujetos políticos y activos.

Porque la infancia de hoy no puede seguir en la misma dirección que la de ayer. Si caminamos juntos sin bajar la guardia en la defensa de sus Derechos, lograremos que la Convención de los Derechos del Niño/a no sea solo otra declaración de buenas intenciones.

Yarella Suárez  y Walkiria GonzálezEstudiantes de la Carrera Pedagogía en Educación Parvularia “UDP” 

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