Entre las montañas de los Alpes, Matterhorn produce las más fuertes emociones. Con áreas para escalar, esquiar o para solamente sentarse y admirarla, a mi juicio ninguna otra montaña de los Alpes puede competir con su majestuosidad. Pero, antes de continuar con esto, consideremos las llamadas eras geológicas.

“La "geología" es la "ciencia que tiene por objeto el estudio de las materias que componen el globo terrestre, su naturaleza, su situación y las causas que lo han determinado". Entre otras cosas el estudio de la geología tiene que ver con los estratos o capas de la superficie de la tierra. Según científicos geólogos, la naturaleza y situación de los varios estratos de la superficie de la tierra nos indican la edad de la tierra. La tabla o columna geológica se publica en diccionarios, enciclopedias y en muchos libros de texto a todo nivel de estudio. Los geólogos dan nombres a estas supuestas eras (arqueozoica, proterozoica, paleozoica, etc.), como también a los supuestos períodos dentro de aquellas eras (p. ej., el cámbrico dentro de la paleozoica, etc.), y se nos dice que la formación de estos varios estratos ocurrió durante muchos billones de años” (Los seis días de la creación, Wayne Partain).

“En la tabla de las eras geológicas también se publican la vida característica de cada una; es decir, se nos dice que plantas y animales acuáticos primitivos surgieron durante la era proterozoica hace por lo menos un medio billón de años y que el surgimiento de plantas y animales y del hombre ocurrió hace 25,000 a 975,000 años… Los que propagan esta "ciencia" argumentan en círculo. Se nos dice que la edad de los estratos de la superficie de la tierra se puede determinar por los fósiles que se encuentran en ellos. Pero, en turno, argumentan que la edad de los fósiles se puede determinar por el estrato de la tierra en el que se encuentre” (Ibíd).

“Aunque todo esto (la evolución y las eras geológicas) sea llamado "ciencia", es necesario de una vez aclarar que no lo es. Los maestros de esta llamada "ciencia" (1 Tim. 6:20) quieren que los alumnos crean que el orden establecido en el dibujo de la columna geológica se encuentra en toda la superficie de la tierra, pero esto simplemente no es cierto.

Siete de los diez estratos no se encuentran en un 77% de la superficie de la tierra y tres o más de los estratos no se encuentran en un 94% de la superficie de la tierra. De hecho, datos científicos indican que aproximadamente 0.4% del área de la superficie de la tierra tiene los diez estratos como se dibujan en la tabla geológica, y aun en estos algunos son incompletos. La completa columna geológica existe, pues, solamente en la imaginación de los que la dibujen” (Ibíd).

 

La montaña al revés

 

Hace varios años atrás, cuando el llamado creacionismo científico era nuevo, Matterhorn se convirtió en un ícono para los científicos creacionistas. El clásico libro “The Genesis Flood” (escrito en 1961) la describía como “la montaña al revés”, conteniendo fósiles en el orden incorrecto según las predicciones evolucionistas, y por lo tanto, sirviendo como evidencia del diluvio universal de los tiempos de Noé.

Las rocas sedimentarias cerca de la cumbre de esta montaña, debieran ser las más jóvenes (y por tanto tendrían que contener los supuestos fósiles de evolución más reciente), encontrándose a su vez en los estratos inferiores, los fósiles que debieran ser más antiguos. Pero, esto no es así con Matterhorn, sino que sucede completamente lo contrario. La montaña tiene rocas datadas como Cenozoicas (conteniendo fósiles de supuestamente hace 40 millones de años) que se encuentran debajo de rocas datadas como Mesozoicas (consideradas de 200 millones de años según el actualismo evolucionista). Si en realidad estas rocas fueron depositadas sobre Matterhorn en ese orden, entonces todo el sistema geológico evolucionista está equivocado, quedando literalmente de cabeza.

Los científicos creacionistas de esos años afirmaban que el diluvio no estaba sujeto a depositar rocas y objetos conforme al orden evolucionista y que el orden observado se debía a la dinámica de las ondas de agua del Diluvio.

Es reconocido por todos los creacionistas serios que el Diluvio universal, como se describe en la Escritura, debió haber sido nada menos que un evento tectónico universal que alteró toda la superficie del planeta. Así como se describe el Diluvio, debiéramos ser capaces de ver sus efectos en todas partes del planeta – y efectivamente es así. El Diluvio debió haber contenido mega volcanes, súper terremotos, tsunamis gigantes, erosión excesiva del manto terrestre y más.

Todos estos eventos masivos del Diluvio eran capaces de producir cualquier característica geológica que hoy vemos en el planeta. Casi siempre, la evidencia de estos procesos de dinámica hidráulica del Diluvio son mal interpretados como evidencia a favor de procesos lentos y graduales al cabo de millones de años – interpretaciones que se quedan cortas para hacer sentido a toda la evidencia encontrada.

Siguiendo los depósitos de grandes capas de roca sedimentaria por el Diluvio, los Alpes fueron formados cuando África tuvo colisiones con Europa convirtiendo los planos sedimentos en enormes montañas. Los sedimentos de Matterhorn seguían estando suaves al momento de la deformación dado que los encontramos doblados con firmeza. No toma mucho tiempo para que los sedimentos se endurezcan, en las condiciones apropiadas. Aquellos en Matterhorn están doblados con mucha firmeza muy cerca uno del otro, no como las rocas duras que rápidamente se rompen al doblarlas. El tiempo en el que estos sedimentos fueron depositados y doblados fue probablemente de pocos meses mientras duraba la violenta actividad del Diluvio – de ninguna manera millones de años. Algunas áreas de mayor altura pudieron haberse deslizado, resultando en este aparente orden inverso. La verdadera “edad de hielo” que siguió al Diluvio cubrió gran parte de Europa con glaciares en movimiento que lijaron las ya altas y duras rocas en las montañas que apreciamos hoy.

Recordemos, no hay nada en las rocas sedimentarias o en los fósiles que sea evidencia de una historia de millones de años. Estas edades son impuestas por los escépticos que interpretan mal la evidencia.

                                                                                                        

Adaptado de la obra “The Upside-Down Mountain”, escrita por John D. Morris.

Autor

Imagen de Josué I. Hernández

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