Muy buenas a todos lectores, soy de Valparaíso. Me gustaría presentar mi disgusto a la situación actual que estamos viviendo todas las mujeres. Sabemos que la sociedad ha prosperado y evolucionado en muchos aspectos, es por esto que lo sucedido ya no puede ser callado. Pedimos protección, pero más que lo anterior nombrado, exijo respeto, exijo derechos humanos. Es probable que por ser mujer se me dé mucho más, ya que somos llamadas por el ‘’sexo débil’’, pero de forma sincera pienso que más que mujer, soy persona, y mi libertad debe ser igual respetada que el de todos. No es sano para nadie ser perseguida, ni acosada, ya sea de manera física o psicológica, ni mucho menos andar con temor.  Yo no puedo justificar pero tengo conciencia de que la ayuda siempre está para quien lo necesita, ya sea víctima o victimario y si estas personas que están vulnerando mis derechos tienen problemas siempre podrán ser solucionados. Está haciendo sonar fuerte la campaña ‘’camina segura’’, que por si no sabían, es andar con un silbato y además con un gas pimienta, pero yo pienso, ¿qué sucedería si andamos de forma tan paranoica y aun así nuestro compañero que puede ayudar no lo hace? Toda la lógica se iría, porque es fácil defender por una pantalla tecnológica, jactarse de ser héroe y cuando se encuentra un acto como el ya nombrado no se intervenga. Nos falta consideración con el otro, nos falta respeto, nos falta salir sin temor, necesitamos con urgencia ser escuchados y ayudados, que nos den soluciones. Es por esto que apelo, requiero y hago un llamado a la solidaridad de todos los chilenos, a la justicia y a los entes que deben velar por la seguridad de cada uno de nosotros para que se hagan presente en sus respectivos cargos y así no tener más miedo, o mejor dicho, poder vivir en un ambiente de tranquilidad y seguridad, que no es mucho pedir.

Gracias, Rachel, 18 años.

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