Todos los expertos y los no tantos, se quiebran la cabeza tratando de encontrar la causa del por qué, Lío Messi funciona, es determinante y gusta verlo jugar en su Barcelona de siempre, ganando copas, vale recordar que llegó siendo un niño, mientras que por la albiceleste, definitivamente no es así, juega como amurrado, sin chispa, nunca ha levantado una copa, perdió tres finales, una con Alemania en Brasil y dos con Chile e incluso llegó a renunciar a su selección, pero igual volvió... ¿Qué pasa? Entremos al área chica, la respuesta más cercana sería que en Barcelona, todo el equipo está formado por y para él y además juega para él, formado por verdaderas estrellas mundiales, que renuncian a ser protagónicas, siendo eclipsadas por el brillo de Messi y se colocan al servicio del 10, para cumplir el objetivo central, preparar el escenario para que Messi se lleve los laureles y la fanaticada del Barcelona disfrute de sus magias y goles, incluso cuando un jugador no cumple con sus expectativas, o le roba ó amenaza algo de su protagonismo, deberá tomar el paragua y el bastón y next, creo que no vale la pena analizar lo que ocurre en la selección, todo es al revés, aquí todos esperan que Messi lo haga todo, los demás están en la cancha porque los jugadores deben ser 11, incluso las reglas aceptan hasta 7 jugadores por equipo, Messi nota la falta de Iniesta, por decir un nombre, es tanto así que ha optado por exigir, según algunos que convoquen a sus amigos del “barza”, Mascherano uno de ellos, pero tampoco funciona..., en conclusión, existen dos Messi, el brillante y desequilibrante del Barcelona y el opaco e improductivo de la albiceleste, el próximo martes ante Nigeria es su gran oportunidad de hacer historia ó de pasar a la historia... Luis Enrique Soler Milla
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