"Hoy en el día mundial de la salud, se genera conciencia sobre la depresión, y la importancia de hablar el tema como primer paso para superar una enfermedad tratable, y recuperable.

La depresión tiene un relato y estigma que durante muchos años fue asociado a debilidad, a incapacidad para enfrentar los problemas. Hoy, en un mundo donde lo único constante pareciera ser el estrés y la diaria superación de la adversidad, las cifras de personas que declaran tener síntomas depresivos ha aumentado exponencialmente* (17,2% de los mayores de 15 años).

No creo que esto tenga que ver tan sólo con la mayor conciencia y detección de personas depresivas que antes no consultaban (las famosas "metas), sino más bien con un deterioro de la calidad subjetiva de vida, y su consecuente impacto en la salud. Más inequidad, más estrés que hace 10 años, relaciones interpersonales distantes y disfuncionales, agotamiento laboral, endeudamiento e insuficiencia económica, generan ansiedad y síntomas que pueden ser interpretados como depresión, y que a la larga efectivamente generan un estado de estrés crónico y cambios fisiológicos que pudiesen decantar en la enfermedad.

En este sentido, la naturalización de la depresión -enfermedad real- como justificación y foco para distraer de la explotación, deshumanización e injusticia me parece un acto que no le corresponde a la medicina, ni al equipo de salud. Nos corresponde denunciar y ayudar a transformar estos factores de riesgo para mejorar la salud de las personas.

Medicamentos y psicoterapia cuando exista enfermedad.

Más dignidad, mejor salud, educación, trabajo, vivienda, pensiones, más familia y amigos para la sociedad en su conjunto.
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* Encuesta Nacional de Salud 2009-2010

Autor: Dr. Rubén Quezada, presidente de APS Coquimbo

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