Sabemos, mis estimados lectores, que existen varios tipos de papás. Los biológicos, los adoptivos  padrastros, los tíos que se hacen cargo de los niños, los abuelos y abuelas que también suelen hacerlo y otros más. La importancia de todo esto, radica en el  amor que cada uno pone en su crianza; los valores que les transmiten y los ejemplos que ellos ven en sus mayores. Eso es lo fundamental y   queda impregnado en la personalidad de cada uno. Hace un tiempo vimos ejemplos de jóvenes futbolistas de extracción familiar humilde, los que de la noche a la mañana, gracias a su talento han llegado a ser grandes crakcs en sus equipos de Europa y en nuestra selección. Ejemplos para los niños chilenos, cuando los vemos en entrevistas o promoviendo algún producto comercial. Sin embargo, también apreciamos la diferencia entre una educación hogareña cuando infantes y lo que hoy son de acuerdo a sus comportamientos en su vida privada. Las tentaciones normales en este tipo de actividades son frecuentes y la facilidad para entregarse a los vicios es notoria. ¿Se han fijado en Alexis Sánchez? Su constante preocupación por sus iguales de Tocopilla, su amor por la familia de origen y su tremendo sufrimiento solitario cuando debió concurrir al funeral del hombre que lo crió, alejado de todo bullicio noticioso, protegido por espontáneos guarda espaldas tocopillanos de su población que no le permitieron la entrada a la prensa. Allí están sus obras. Canchas para los niños, cooperación concreta para el aluvión u otra catástrofe. Celebración y regalos paras la navidad.
No gozando fiestas en Paris, Londres, Madrid u otra capital en esos momentos. Lógicamente, también tiene tiempo para ello y es bueno que lo disfrute. En estas actitudes, se nota la formación del hogar que no es directamente proporcional al dinero que se disponga, ni mucho menos. Alexis marca la diferencia y constituye un ejemplo. 
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