Decir Política, sistema económico y/o instituciones, hoy suena casi a una mala palabra,  el diagnóstico es prácticamente claro, debido principalmente a que las formas de interés y participación han evolucionado considerablemente en los últimos años a nivel global, modificando las formas clásicas de participación provocando que para diversos sectores la realidad presentada por la política ya no resulta atractiva como espacio de participación, surgiendo así nuevos grupos de influencia.Por otra parte la brecha se hace cada vez más grande, sobre todo en Instituciones y servicios públicos ideologizados, afectando notoriamente la reputación institucional y corporativa. Sin embargo el desarrollo y la fundamentación de la solución debe tener una base compacta de Innovación Política, innovar en el desarrollo y conocimiento de la realidad acerca de las necesidades y la generación de confianza recíproca, vínculo y colaboración con la comunidad (no institucional) ,las instituciones y las políticas públicas.No sirve de nada tener un puesto en el  gobierno, congreso o municipio si no se innova en la solución  pública. Ejemplos podemos tener varios: Consultas públicas regionales, Partidas presupuestarias públicas y transparentes, mejorar los sistemas de control del cumplimiento de la Ley de Transparencia, fortalecimiento de la Pro-competencia pública y privada, mejoramiento de Test, evaluaciones y/o certificación para los cargos de elección popular (diferenciado a las encuestas). Quizás este tipo de ideas radicales podrían comenzar a para cambiar la política, comenzar a derrota el peligro de la comodidad en la política, comenzar a desarrollar la innovación en la política y comenzar a enfrentar a tiempo el cambio de paradigma del ser humano.

 

El autor es columnista de El Día

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