El alcalde Daniel Jadue se ha ganado un nombre en la opinión pública tras sus disputas ideológicas contra el paradigma neoliberal y sus formas de hacer funcionar las políticas públicas, la última y más comentada batalla del edil de Recoleta, concierne en el cese de cobro de parquímetro en la comuna.

El uso del espacio público pareciese ser el enfoque central de esta medida criticada por unos y alabada por otros, donde se discute por los más utilitaristas la perdida de capital municipal y la congestión vehicular que esto provocaría tras el incentivo comunal del uso del automóvil, resumiendo lo anterior, la externalidad negativa de esta acción para muchos tiene un alto costo de oportunidad.

A mi parecer el Alcalde ve en esta medida, una forma de acercar la población a la comunidad y en beneficio de esta misma, llama a concurrir a lugares como la Vega Central o Patronato, donde se visualiza el sincretismo cultural que ocurre en el país y los cambios que han surgido en este en comparación al pasado, así sensibilizar a la gente en cuanto al trato de extranjeros y de fuerza laboral, temas que son centrales para cualquier marxista del siglo xxi, como se declara el alcalde.

Como punto culmine en mi opinión, Jadue busca el revés a la mirada hegemónica de lo público, la que se centra en impuestos y en recaudar dinero, esto lo contrasta haciendo una oferta libre al poblador a confluir con su entorno. ¿Cuál es la importancia de esto? La generación de un capital social el cual les permita reconocerse como gente de Recoleta, y más importante aún, gestar entre ellos vínculos de confianza entre comuneros, vínculos que permitan la capacidad de asociación entre ellos mismos.

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