Chile vive su tercera revolución feminista, las estudiantes se han tomado las universidades, mujeres de todas las edades han salido a la calle, exigiendo erradicar el acoso y la violencia hacia todes en todas sus formas, del cual hemos sido víctima la gran parte, si no es que todas las mujeres, alguna vez a lo largo de nuestras vidas. Frente a toda esta vorágine, que busca un cambio cultural sin precedentes, visibilizando la desigualdad en la que nos encontramos las mujeres en éste sistema patriarcal, siendo cosificadas, subordinadas y victimas de trato diferenciado por el solo hecho de ser mujer, nos encontramos,como era de esperar, con el concurso de belleza, Miss Coquimbo 2018, una práctica que condiciona se interiorice, que somos nosotras quienes buscamos ese estereotipo de belleza y validación como mujeres, encasilladas y etiquetadas, expuestas al juicio superficial y subjetivo de la belleza, promoviendo una seudo identidad popular, no entendiendo que la belleza está dada en las múltiples diversidades de nuestras mujeres en la comuna. De quienes acceden a ser expuestas a la aprobación patriarcal, solo queda la esperanza, que logren en algún momento ser conscientes de cómo se perpetúa y promueve exigencias de estereotipos sexistas, por lo demás ideas retrogradas de la mujer en la sociedad actual, en fin, concientizar su posición de peón en este juego de ajedrez. La base de dicho concurso expone; “ La Municipalidad de Coquimbo y su gente cada año busca encontrar la belleza de la mujer porteña….. Además de reunir las cualidades necesarias para ser una fiel representante de la belleza, naturalidad, simpatía, espontaneidad y poseer cultura general, deberán acatar las normas y bases..” Prosigue detalle de la etapa de inscripción, allí indica requisito de sexo femenino, edad entre 18 y 28 años, chilena y soltera entre otros, luego selección y me quiero detener en lo siguiente; “los jueces evaluarán a las candidatas del 1 al 10… Armonía corporal, Belleza facial, Expresión oral, Expresión corporal y dominio escénico (pasarela), Cultura general y conocimiento histórico de Coquimbo” En aquel escueto detalle de las bases del concurso citado, identifíco que no estamos a la altura de las mujeres de hoy, desde la administración municipal, haciendo oídos sordos a la construcción de una nueva sociedad respetuosa de la diferencia, pero como diría la gran Rosa Luxemburgo “ socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres” y libres de estereotipos y prejuicios claramente, en síntesis, una acción desacertada. Diversas formas pueden ser recogidas para reconocer a las mujeres coquimbanas, no precisamente un concurso de belleza es el reflejo de ello, donde les exponemos a nuestras niñas que la aceptación y validación viene emanada de un o una persona que se basa en su percepción construida mediante patrones históricos y convencionales. Reflexionar ante ello y romper paradigma, ésta vez, solo requiere de voluntad política, incluso disfrazada si se quisiera, de innovación ante la tozudez del negacionismo ante un cambio cultural latente y apremiante.

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