Asistimos a hechos graves que no tienen nada que envidiar a Caín y Abel.

El hombre ha recorrido un largo camino y repite en forma inexorable cada tiempo o periodo los mismos hechos con distintas armas que vienen de lo más lejano en el tiempo.

Siempre primo un deseo de venganza por envidia, hijos a padres y viceversa entre hermanos.

Así el uso de todo elemento que produjera daño al por mayor primando siempre entre todos la violación al vencido o débil.

La reciente masacre de Las Vegas muestra el nivel de maldad y miseria al suicidarse el atacante dejando en las victimas una sensación de vacío y desesperación que cuesta

mucho armar la resiliencia   para continuar viviendo.

X