Hace 2 semanas aproximadamente, varios medios de comunicación informaron sobre una denuncia que los funcionarios del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo hicieron en contra de su Directora Regional por malos tratos y pésimo ambiente laboral; por la contratación de una persona sin concurso y al parecer, por no tener la profesión que decía tener; y porque además a muchos de ellos se les trató de obligar, bajo amenazas, para participar en el proceso eleccionario de reemplazo del ex diputado Jorge Insunza. La noticia pasó piola. Obviamente la mayoría estamos preocupados de, transversalmente, ayudar a reconstruir la Región y especialmente las localidades más afectadas, pero no por ello podemos dejarlo en el tintero. A esto hay que sumarle las denuncias por mal trato y de empeoramiento del ambiente laboral en instituciones como la Seremía de Desarrollo Social, donde varios funcionarios, quienes por miedo a represalias no hacen la denuncia respectiva, están sometidos a una presión psicológica que tiene por objeto que estos profesionales, técnicos y administrativos renuncien a sus cargos. 
Esto ha significado que en definitiva no solo estén afectados internamente estos funcionarios, sino que también afecta el funcionamiento de la misma seremía como consecuencia inmediata de ello. Es cosa de ver el desastre que hay en el pago de los bonos para visualizar el ambiente interno. También lo que ocurre en el Sernam, donde hay una situación muy particular que afecta el quehacer laboral diario y que hoy está afectando a sus funcionarios y donde no hay investigaciones de lo que ocurre por razones de distintas índoles y que se deben revisar. Como estos casos hay muchos otros que lamentablemente no tienen el sustento de los anteriores como para comentarlos. Ahora bien, esto que relato en esta columna son situaciones que no pueden ni deben darse, ni el sector público ni en el privado. Acá estamos hablando de personas que tienen derecho a que su trabajo sea DIGNO y que debe prescindir de quien gobierne. No puede ser que por haber sido contratado por tal o cual gobierno o porque te mantuviste en el cargo en un gobierno distinto al tuyo o porque no te gusta el candidato del “Jefe” se te persiga y se te haga una especie de Bullying laboral, donde se te acosa física y psicológicamente. (Exclúyase a los operadores políticos). 
Esas cosas no las podemos dejar pasar por que los servicios públicos están para servir a la gente y no para servirse de la gente. Todos los chilenos financiamos a estas instituciones para que nos otorguen servicios de calidad en nuestro diario vivir. Es perfectamente entendible que en los puestos de más alta confianza se exija de quienes los ocupan una cercanía ideológica y de lealtad hacia quien dirige la seremía o el respectivo servicio y que esta tome el rumbo de su gobierno que es lógico. Pero lo primero que tiene que hacer quien la dirige el LIDERARLA y eso pasa por tener un ambiente laboral interno que al final se traspase a sus usuarios. Lo que ocurre hoy es realmente lamentable. Sé y no me cabe la menor duda que la Anef está trabajando en estos casos porque una de sus misiones más importantes es defender que sus afiliados no sean denigrados ni afectados en sus trabajos y espero que logren reestablecer las buenas prácticas de convivencia laboral interna que al final nos va a beneficiar a todos. 
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