Cada cierto tiempo las encuestas nos hablan de los índices de pobreza.La pobreza es la situación o condición socioeconómica de la población, que no puede acceder o carece de los recursos para satisfacer las necesidades físicas y psíquicas básicas, que le permiten un adecuado nivel y calidad de vida tales como la alimentación, la vivienda, la educación, la asistencia sanitaria o el acceso al agua potable. También se considera la falta de medios para poder acceder a tales recursos, lo que se produce con el desempleo, la falta de ingresos, la marginación social… la desigualdad.Esa es la lacra de la pobreza económica, pero que puede tener solución con medios económicos en la medida que estos existan…como también la voluntad política de utilizarlos para ello.Pero hay otro tipo de pobreza que es peor que la anterior - porque no tiene solución - y es esa  pobreza intelectual llamada vulgaridad,  que hoy se impone en nuestra sociedad… La vulgaridad está de moda y gana adeptos…en los espectáculos artísticos, en la política, en los deportes…Pero no hay que equivocarse: una persona vulgar no es sólo aquella que carece de educación, sino  la que no tiene respeto por los demás, está consciente de ello y más encima no le importa.Seguramente estarán pensando en el uso excesivo e innecesario de groserías en el lenguaje,  no ceder el asiento en la locomoción colectiva,  fumar en lugares cerrados,  no respetar la fila en la caja de un Banco…Pero no es sólo eso, también es vulgar regalar una muñeca inflable en una encopetada reunión de empresarios, o cohechar con votos en el Congreso, lo que prueba que la vulgaridad no tiene que ver con el dinero o la educación…y es transversal…Por ello las encuestas debieran incluir los más altos índices de vulgaridad,  quizás no solucionaríamos nada, pero al menos tendríamos asegurado un lugar de privilegio… 

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