La delincuencia en nuestro país va en acenso. Salir a fiestas un viernes por la noche ya no es panorama entre los estudiantes universitarios que residen en la región de Antofagasta, según el Índice de la Fundación Paz Ciudadana- Adimark Gfk 2014 es una de las comunas de Chile que tiene la tasa de victimización que llegan al 48,3% que superan el nivel nacional de 43,5%
Hace unos meses atrás no me imaginaba todo lo que sucedería. Ser víctima de un robo hace que tu vida de un cambio en 360°. Tu manera de pensar, actuar y valorar la vida ya son diferentes comparado a los demás. Cuando te asaltan, uno como persona se siente tan vulnerable, también existe el miedo por la escena que estás viviendo y temor a que puedan dispararte un tiro en defensa propia. Ahora bien como ciudadano el sentimiento que se haya es impotencia, de que nuestras autoridades no hagan nada, mientras en Chile roban cada minuto.
No puede ser que tengamos que encerrarnos, y llegar al punto de levantar los muros más altos, poner alambres electrificados, y tener mínimo 3 cerraduras en las puertas de las casas. También hay que tener en cuenta cuando sales a la calle habrá que tener a mano elementos cortopunzantes y pagar clases de una arte marcial para la defensa personal.
En el momento que se llama a carabineros, en vez de que den tranquilidad, te presionan haciendo preguntas que no vienen al caso. Se sabe que ellos no tienen desarrollada la empatía, por eso nunca te entenderán lo que pasaste y el daño psicológico que te deja. A lo mejor fue simplemente un teléfono celular el que te robaron, sin embargo ese aparato representa el esfuerzo sobrehumano que se hace por obtenerlo para que llegue alguien en menos de dos minutos y lamentablemente se pierde, quedando incomunicado (si no eres de la región) con tus seres queridos.
Las personas que hemos sufrido por esta situación nos dejan una enseñanza, jamás hay que decir “nunca me pasaría esto”, porque es escupir al cielo y te caiga en la cara.