A más de una semana del inicio del paro del sector público, convocado por la CUT y las organizaciones gremiales del sector en rechazo al monto de reajuste anual propuesto por el Ejecutivo, el país ha sido testigo del mal manejo que ha tenido el Gobierno en la negociación que realizó, no sólo con las organizaciones sindicales sino que también con los propios partidos que conforman la Nueva Mayoría, quienes actuaron como un solo bloque, rechazando en pleno la propuesta original. En un segundo intento y a pesar de que el vocero de Gobierno había señalado que se había llegado a un acuerdo con todos los partidos del bloque para aprobar la presentación del veto, éste fue rechazado en la Cámara por diputados de sus bancadas, rompiendo el acuerdo y dejando en cero el reajuste para los funcionarios del sector público. Esto provocó el rechazo unánime de los representantes de los distintos gremios que se encontraban presentes, cuyas protestas contra el Gobierno y sus ministros generaron el desalojo de las tribunas y derivó en la mantención del paro.Lo grave en todo este “gallito” es que los chilenos, en una gran mayoría, están siendo directamente perjudicados porque se ven impactados en áreas tan diversas como la Salud, con consultorios y hospitales en paro; o en Educación, con los jardines infantiles de la Junji sin atender. Trámites como sacar documentos en el Registro Civil o pagar multas en juzgados de Policía Local no se pueden hacer; Aduanas y el SAG están funcionando sólo con turnos éticos y hay una gran cantidad de exportaciones e importaciones de artículos perecibles que se están viendo afectados. Uno de los aspectos más complicados ha sido el no retiro de la basura de importantes comunas de Santiago y regiones, creando un alto riesgo sanitario.A no equivocarse. Aquí hay una responsabilidad directa del Gobierno, que no ha tomado las medidas que corresponden para hacer cumplir lo que la propia Constitución señala en relación a las huelgas de los funcionarios del Estado y municipales y además es incapaz de reaccionar a la carencia de servicios que hoy afectan a todos los chilenos, que son y siguen siendo los principales perjudicados por una ineptitud impresentable.
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