En esta fecha especial en que la ONU nos invita a celebrar el Día Internacional de la Mujer bajo el lema “Igualdad de género hoy, para un mañana sostenible” mis sentimientos están con las ucranianas, con todas aquellas mujeres y niñas refugiadas, con las que esperan ser evacuadas, con las que decidieron dar la lucha en su país, con las madres rusas que lloran a sus hijos caídos en el campo de batalla y con la octogenaria Yelena Osipova sobreviviente del asedio nazi a Leningrado, quien, al protestar contra la invasión a Ucrania, fue detenida por orden de Putin, el poderoso con memoria desleal que mantiene en vilo al mundo entero.
En este contexto, cobran vigencia los reflexiones de nuestra Nobel Gabriela Mistral, quien con su pluma inteligente y acerada en medio de la Segunda Guerra Mundial no deja de abogar por la paz del mundo y al finalizar ésta, escribe para la BBC un largo artículo donde se lee:
“Se habían abolido para nosotros las demás direcciones de la brújula ya vacante; el mapa parecía un juguete de tiza, y el planeta se volatizaba como en los sueños (…) Todo eso vivimos; ya ha pasado, pero las memorias leales no son tablas cepilladas de ataúd”.
Ay! Los sentires de nuestra insigne Gabriela, nos remecen y nos obligan a reinstalar su voz mientras Ucrania se desangra y nos desgarra.
Gabriela Martínez Cuevas
Periodista y escritora andacollina