Lo veníamos pidiendo hace tiempo y cada vez que la naturaleza ha afectado la capacidad productiva del sector pesquero artesanal. Durante estos días, el Congreso habrá terminado de despachar el proyecto de ley que establece normas permanentes para enfrentar las consecuencias de catástrofes naturales en el sector pesquero.
Con profunda satisfacción, podemos decir que estas medidas van a estar operativas en tiempo record gracias a la discusión inmediata que el Gobierno otorgó a esta iniciativa que fue demandada por todos los parlamentarios de la Región. Y es que no sólo fue el tsunami, sino que también las marejadas de hace unos meses, las que han afectado seriamente a un sector tan relevante para nuestra zona, como es la pesca artesanal.
Así, cada vez que se declare una zona de catástrofe y por el plazo de dos años, a los pescadores no se les computará la no realización de operaciones extractivas debido a la catástrofe. Además, se autorizará a los artesanales que hayan perdido sus embarcaciones, operar con naves que no sean de su propiedad, y permitir el arriendo o venta de cuotas de pesca por el periodo que dure la catástrofe, sin que con ello se pierdan esos derechos para el futuro.
Esta es una tremenda noticia para las familias de cientos de pescadores de la línea costera y en especial de las caletas de Tongoy y Guanaqueros, así como para todos los que operan en las provincias de Limarí y Choapa.
Emergencias naturales van a seguir ocurriendo. Lo relevante es cómo el país empieza a hacer aprendizaje de estos hechos naturales, de modo de dar respuestas más modernas, eficientes y acordes con los tiempos.
Hemos trabajado duro en el Congreso por empujar y convencer al Gobierno para plantear y apoyar estas iniciativas y eso da cuenta –a diferencia de lo que está de moda por estos días-  de que la política sí tiene mucho que aportar al desarrollo de las regiones y al mejoramiento de la vida de las familias. Hay que seguir en esa línea. 
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