Cuatro momentos en la historia mundial de los alimentos son claves, el primero en las pre guerras mundiales, donde la producción de alimentos se basaba en prácticas tradicionales de miles de años, aprendizajes venidos desde nuestros ancestros. Comenzando la segunda mitad del siglo XX, la Revolución Verde difunde argumentos necesarios para validar su existencia, reducir el hambre en el mundo. La selección de mejores semillas para plantaciones monocultivas, en especial de cereales, aumentó de por si, la producción por hectárea cultivada, pero con grandes costos, el uso de suelo, energía, y en lo principal, pérdida de biodiversidad a gran escala (Convenio de Diversidad Biológica, secretaria 2014).

Entrado los años 81 al 89, la masificación de variedades transgénicas, se suma  a otros factores que aumentaron las proporciones de producción de alimentos, tanto como materias primas como alimentos procesados. (El Estado Mundial de la alimentación y la agricultura en el mundo, FAO 1990) Hoy en día, convivimos con la diversidad de alimentos existentes, utilizando todavía, al momento de decidir que comemos, variables como precio, gusto, estetica, tamaño, desconociendo otras relevantes.

La nueva Revolución, Consumo de Alimentos Consciente.

A raíz  de la alta dependencia “supermercadista” que tenemos hoy, sumado a la ignorancia que presentan las personas respecto a  la cadena de producción de alimentos, huella de esclavitud, huella de carbono, nace un movimiento mundial de ciudadan@s, de diferentes tendencias de alimentación consciente; slow food, vegetarianos, veganos, crudiveganos, etc. Estos movimientos, no solo toman decisiones de satisfacción del apetito al momento de comprar alimentos, suman a su decisión, variables de origen, idealmente local, idealmente compra al productor, idealmente producido en condiciones dignas laborales, entre otros factores

Estos nuevos consumidores de alimentos, realizan una afrenta a la dependencia de producción de alimentos que nuestras sociedades tienen actualmente. Nos hemos preguntado, si no abriera un dia las cadenas de supermercados en Chile, o Singenta o Bayer no produzca semillas, como nos alimentaríamos, estos nuevos actores proponen varias alternativas, una de ellas es la Soberania Alimentaria.

La Soberanía Alimentaria, busca que las personas en su mismo territorio, produzcan sus alimentos, de forma limpia, sin herbicidas, plaguicidas, fungicidas, alimentos producidos directos del productor, posibilitando que la compra tenga un impacto social. Al momento de decidir, propone que el comer sea un acto político, con trascendencia, donde el proceso de producción es importante. Entonces, quien decide que comemos, por ahora no lo hacemos nosotros, algunos lo están intentando desde lo local.

X