Por estos días se debate el acuerdo al que llegó el Gobierno con la oposición acerca de la elección de intendentes, en el marco del proyecto que además entrega nuevas atribuciones y responsabilidades a los Gobiernos regionales. La idea de que las máximas autoridades regionales sean elegidas con un quórum de un 40 % no es lo ideal, pero es un umbral aceptable y sobre el cual hay un acuerdo viable.Lo central es que la descentralización debe ganar urgencia en todas las corrientes políticas y eso el Gobierno lo ha entendido como un asunto prioritario. De hecho, si todos cedemos un poco y se dan los acuerdos necesarios, este proyecto debiera quedar despachado en la segunda quincena de septiembre y podríamos tener elecciones de intendentes por primera vez en Chile durante el año que viene.Cabe destacar que acá no sólo estamos hablando de elegir a la autoridad regional de manera directa, sino también del traspaso de nuevas herramientas y mecanismos de gestión desde Santiago a las regiones. Asuntos tan relevantes como el Fomento Productivo, el Desarrollo Social, y Ordenamiento Territorial, Infraestructura y Transportes, serán desde el momento en que se apruebe la ley, temas que pueden ser evaluados y decididos en la región misma y no en la capital.Habrá un periodo de vacancia o de transición donde deben acomodarse las iniciativas del gobierno central y las que tendrá de manera paulatina el gobierno regional, tiempo que nos permitirá ir mirando los ajustes y perfeccionamientos necesarios para una iniciativa tan relevante para el desarrollo de las regiones.Queremos que se elijan las autoridades regionales y queremos que tengan no sólo legitimidad democrática, sino principalmente herramientas reales de gestión para mejorar la calidad de vida de las personas.Tenemos esta opción a la mano y es de esperar que el acuerdo político prime por sobre las agendas de los partidos. La regionalización es una urgencia real. 

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