Como en un cuenta gotas, han sido las aceptaciones de renuncias de los obispos por parte de nuestro papa Francisco, ¿Razones?... tal vez no hay curas disponibles que tengan las condiciones, que estén libres de culpas y que cuenten con la confianza de Francisco para asumir las funciones, lo pensó mejor y se dio cuenta que no puede deshacerse de todos, haciendo eco de la frase del Cura Opaso... ¡Qué se vayan todos!, el gran problema es que son tan grandes las expectativas de los católicos, en especial de los abusados por los curas, por este gran cambio que se vendría en la Iglesia Católica, nuevos rostros, nuevas obligaciones, nuevas prioridades, siendo la más importante el devolverla al lugar de donde nunca debió alejarse, teniendo solo como referencia, ni más ni menos, las enseñanzas del que murió crucificado en el Gólgota, el estar al servicio y no servirse de los pobres de espíritu y de los más vulnerables, ni más ni menos..., el futuro de la Iglesia Católica Chilena, está como nunca, en las manos del papa Francisco... Luis Enrique Soler Milla
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