Este domingo 28 de Octubre de 2018 se realizará una ceremonia tradicional de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en Concepción Chile, a causa del recién terminado Templo. Primero se realiza una ceremonia llamada "Piedra Angular" en la que el Presidente y Profeta de la Iglesia, Russell M. Nelson, pondrá estuco en un bloque para, de forma simbólica, dar por terminada la obra de construcción, y luego poder proceder con lo que se llama la Dedicación del Templo. Se le llama dedicación, ya que desde ese momento el Templo sólo puede ser visitado por miembros de la Iglesia (Santos de los Últimos Días, antes llamados mormones), y además que mantengan cumplimiento a normas elevadas del Evangelio. El edificio queda dedicado para ceremonias sagradas.

Este evento ha trascendido ya que se trata del Segundo Templo en Chile. El primero está en Providencia, Santiago y fue erigido entre 1981 y 1983. En cambio, capillas mormonas hay por cientos en el país.

La Iglesia de Jesucristo, que entre sus autoridades principales, además del profeta, cuenta con los Doce Apóstoles, ha tenido una historia en Chile por más de 50 años y con algunos acontecimientos mucho tiempo antes. Por ejemplo, un contemporáneo de José Smith, Parley P. Pratt, fue el primer Apóstol que visitó el país en el año 1851. Tras su visita el Élder Pratt describió las plantaciones, granjas y viñedos del valle del Río de Aconcagua "fértiles como el Edén".

Más de un siglo después llegan los primeros misioneros que tuvieron gran éxito entre los chilenos. El Presidente Nelson ha dicho que cuando él nació en 1924, no había ningún miembro de la Iglesia en toda Sudamérica. Cuando el primer templo en Santiago ya estaba construido, había 146.000 miembros de la Iglesia. Hoy en día hay casi 600.000 Santos de los Últimos Días sólo en Chile y millones en Sudamérica. La voz de los miembros de la Iglesia de Jesucristo es una voz fuerte en la nación.

Generalmente se habla de mormones sin conocer a fondo en lo que creen. Las personas juzgan a este grupo religioso como quienes no toman café o alcohol, o que adoran a José Smith, nada más lejos de la verdad, pues si fuera así, la Iglesia se llamaría a secas, la Iglesia de José Smith. Tampoco hay creencias ocultas. Lo cierto es que creen en Dios, en Jesucristo y en el Espíritu Santo. Creen en los profetas y apóstoles. Creen en el Libro de Mormón, un texto similar a la Biblia, escrito en América. Creen en la revelación actual de Dios a su profeta tal como en cada época en que hubo uno en la tierra. Pero más allá de sus creencias distintivas, son buenas personas, y tratan de servir con amor cristiano.

Conviene destacar el gran aporte social de La Iglesia de Jesucristo en Chile, justo en estos días en que el Presidente Russell M. Nelson está pisando las tierras sureñas para dedicar el templo mencionado.

La comunidad de este gran grupo religioso se ha unido muchas veces a otras religiones para promover causas fundamentales, para defender valores importantes y para brindar servicio desinteresado. Ha aportado a causas benéficas importantes como la Teletón, Coaniquem, municipalidades, etc.

En fin, mi opinión sobre la Iglesia que más conozco, no la doy sólo basada en el cariño que le tengo, sino de forma muy objetiva, pensando en todo lo bueno que se ha logrado con su ayuda.

Y me alegra saber que hay muchas personas de otras religiones que ahora se abren a enlazarse y participar en comunión para lograr metas colectivas justas.

A fin de cuentas, el ser humano puede creer en algo o no creer, pero los resultados más hermosos se dan cuando las diferencias dogmáticas se dejan a un lado momentáneamente para subirse las mangas y trabajar por el prójimo, y de esto los Santos de los Últimos Días saben mucho, y cada día son más los que se suman a este buen modelo.

 

Autor Columna: Hernán Feiipe Toledo

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Hernán Felipe Toledo, Ingeniero, Máster en Dirección de Empresas de la Universidad Politécnica de Valencia, Diplomado en Finanzas Internacionales en University of California Los Angeles. Negociador y emprendedor. Amante de difundir conocimiento útil. Apasionado por las montañas y la buena música.

 

 

 

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