En 1964 no existía SENAME, pero ingresé al Politécnico de Menores “Alcibíades Vicencio”, de San Bernardo. En esos años se consideraba que los actos cometidos por el niño (incluso delinquir), constituyen ante todo indicios de una situación grave y peligrosa en la que se desenvuelve ese niño. En ese sentido, no se castiga a los menores culpables de delitos, sino que se les reeduca, para adaptarlos a la sociedad.

El Politécnico de Menores de San Bernardo fue un establecimiento único en Latinoamérica. Una innovación porque allí existía un enfoque de reeducación basado en el “hogar libre”. Es decir, los menores en situación irregular, eran enviados al Politécnico después de ser detenidos, mediante una resolución de un juez que estimaba que ese establecimiento era adecuado para la situación de ese menor en particular.

Aun así, derivado de un medio de internación (cárcel, comisaría, alguna casa de menores), este menor ingresaba a un establecimiento totalmente abierto, sin rejas ni barrotes, ni guardias de ningún tipo. Claro que el menor ingresaba a un primer recinto del Politécnico, llamado Hogar de Recepción que contaba con muros de doble altura en sus patios y protecciones en sus ventanas.

Esto era así con el propósito de realizar una serie de estudios diagnósticos por equipo multiprofesional a cargo, con el fin de conocer sus habilidades, intereses y capacidades, así como estudiar su condición general, emocional y cognitiva, que permitiera orientarlo mejor para una derivación a los diferentes 10 hogares especializados que existían al interior del Politécnico. En ese trabajo me desempeñé como profesor, junto a psicólogos y asistentes sociales.

Este establecimiento era una especie de fundo, con dos cerros en su interior y extensos campos cultivados cuyos productos formaban parte del consumo interno y también de procesos de comercialización para contribuir a su mantención. Tenía una triple dependencia ministerial: del Ministerio de Justicia, de Salud y de Educación.

Los 10 hogares internos tenían diversas especialidades, tales como cultivo avícola, arboricultura, ganadería (con una lechería completa que era centro de experimentación de la Universidad de Chile), jardinería, banda (egresados de esa especialidad han destacado a nivel nacional como algunos de los integrantes del Quinteto Hindemith). Además existía un centro productivo constituido por una fábrica de baldosas, una lavandería industrial, un taller de peluquería, un taller de mecánica de automóviles.

No todo era miel sobre hojuelas; también se cometían irregularidades. Pero el enfoque global y los recursos empleados, el esfuerzo de muchos en educar a estos niños, fue absolutamente inédito.

Todo esto duró hasta el 11 de septiembre de 1973, cuando el Regimiento de Infantería de San Bernardo se toma el establecimiento y desaloja a todos los menores. Se ponía fina a la reeducación en Chile y se habló solo de delincuentes. Solo en 1979 se creó el SENAME.

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