¡No! tareas para la casa por ningún motivo. ¡No sirve para nada! es una carga innecesaria para los estudiantes y sus familias, no tiene un propósito claro. ¿Conoces Finlandia? es un país desarrollado con un exitoso modelo educativo que no “envía tareas para la casa”, y cuya excepción a la regla es una tarea breve. Estos son los argumentos más comunes para tratar el tema de las tareas de desarrollo en casa. La ecuación es simple. Unos a favor y otros en contra, terreno de lucha donde todos tienen distintas opiniones y no existe un consenso claro. Pero, ¿Será beneficioso eliminar las tareas para la casa?
Finlandia está muy lejos de Chile. Casi en la misma distancia que estamos a nivel cultural y educacional en relación a ellos. Comparar nuestro sistema educacional y políticas públicas, es por lo menos irrisorio en muchos aspectos. Personalmente pienso que sería un acto catastrófico eliminar las tareas por el solo hecho de que, a un país desarrollado, con una cultura e idiosincrasia distinta, con otro sistema educativo muy disímil al nuestro, le haya dado resultado suprimir actividades en casa. De hecho, la evidencia nos muestra algo totalmente opuesto, la revisión de estudios latinoamericanos (es decir, en nuestro contexto) recogidos por Eduardo Velez, Ernesto Schiefelbien y Jorge Valenzuela en “Factores que afectan el rendimiento académico en la educación primaria” demuestran que en la mayoría de las investigaciones la asignación de tareas para la casa, tiene un efecto positivo en el rendimiento académico de los estudiantes en escuelas efectivas latinoamericanas.
¡No pretendo ser un aguafiestas! Pero la lógica nos debería dirigir a mejorar la estrategia de enviar tareas para la casa, y no eliminarla como se ha propuesto continuamente. Las tareas o asignaciones en la casa funcionan en esta parte del mundo. ¡Sé que me deben estar odiando en estos momentos! Pero es la evidencia.
A pesar de su efecto positivo en los resultados académicos, las cifras no son muy buenas referente a tareas enviadas para desarrollar en casa. Los docentes chilenos, en general, según datos del Cuestionario de Calidad y Contexto de la Agencia de Calidad de la Educación, no son fanáticos de enviar actividades a desarrollar en casa. Los datos duros dicen que un 67 por ciento de los docentes de cuarto año básico señaló que envían sólo en algunas ocasiones tareas, lo cual demuestra que no es una constante. Por otro lado, un 9 por ciento dice no enviarlas nunca y, un 33 por ciento, dice no siempre revisarlas. Algo lamentable. Las investigaciones han arrojado que esta estrategia sirve para mejorar el rendimiento, entonces ¡Debemos darles sentido y propósito! que se convierta en instancia de fortalecimiento de los aprendizajes. Repito, en esta parte del mundo funciona.
La discusión está lejos por terminar y faltan muchos factores que atender, capítulos de investigación por elaborar, instancias de reflexión que emprender. Lo imperativo es que la discusión pase a otro nivel, a uno investigativo, en base a estudios e investigaciones que contribuyan y potencien el desarrollo de un sistema educativo que busque promover el desarrollo integral y el logro de los aprendizajes en nuestras presentes y futuras generaciones.