Hoy, a propósito de lo que se está produciendo con las tasas de desempleo, la mayor de los últimos 6 años, voy a citar una columna que escribí en agosto del año pasado, titulada “Campaña del Terror” y en la cual se analiza la conducción del Gobierno. 
Al igual que en esa ocasión, hoy “…La gente percibe que vamos de mal en peor, porque ya los efectos de ellas los están inquietando y afectando. Partimos con la Reforma Tributaria cuyos grandes gestores, el señor Arenas (primer ministro de Hacienda a quien se le pide la salida) y el señor Jorrat (director del Sii que se fue detrás del exministro), no supieron visualizar los efectos negativos que tendría ella para el crecimiento económico y la creación y mejoramiento del empleo.
 Adicionalmente, no vieron tampoco que, con su brillante creación, afectarían a toda la clase media de este país que a partir del año 2017 tendrá una carga extra en el pago de la adquisición de una vivienda y de los impuestos asociados a ella. Los efectos están a la vista. La inversión lleva 8 trimestres de decrecimiento (es decir es negativo); la generación de empleos de calidad se redujo de 250.000 anuales a una quinta parte, es decir sólo 48 mil al año; Los capitales nacionales y extranjeros están abandonando el país, incrementando las inversiones de nuestro vecino del norte; Las inversiones nuevas han decaído a casi a la mitad, si lo comparamos con los años anteriores; La aprobación de proyectos en el sistema de evaluación ambiental disminuyó a un tercio, en fin, este Gobierno logró frenar internamente el impulso que traía nuestra economía. 
Por otro lado, gracias al señor de los patines prestados, se implementará (erróneamente) una Reforma Educacional que por una parte tiene a la gran mayoría de los apoderados de los colegios particulares subvencionados esperando qué decisión adoptará cada institución, esto es, si mantiene esa calidad o pasa definitivamente a particular y por otra una gratuidad en la educación superior que no mirará la condición de vulnerabilidad del estudiante, si no que la calidad de la institución a la que postule.
 Finalmente, se viene una reforma laboral (sindical) que definitivamente no se preocupará de la calidad del empleo y de los derechos de sus trabajadores, si no que dejará en una posición extremadamente dominante al dirigente que represente a tal o cual sector, en desmedro de la libertad individual del trabajador y sus derechos y obligaciones. 
De estas 3 reformas se ve claramente que buscan destruir lo que hasta el momento se ha construido por todos los chilenos, que sin duda con el paso del tiempo hay que ir perfeccionando, pero con los consensos de todos los sectores de la sociedad, para que todos aprovechemos el producto de nuestros esfuerzos…”. Creo que es lo mismo que está ocurriendo hoy.
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